Maradona - Médico de la selva

Crítica de Marisa Cariolo - CineFreaks

El otro Maradona

Aún resuenan en muchos de nosotros los ecos de la maravillosa historia narrada en El Etnógrafo cuando llega a las salas porteñas la historia de Esteban Maradona narrada maravillosamente bajo la dirección de Martin Serra. Y nuevamente nos ponemos frente a un hombre que renunció a los placeres mundanos para dedicarse a la asistencia de los menos favorecidos.

Como toda gran historia de vida, tiene mucho de azar y mucho de destino: Esteban Maradona, joven médico, detuvo accidentalmente la marcha en una estación ferroviaria de Estanislao del Campo para asistir a una joven parturienta. A partir de entonces su nombre fue leyenda en ese poblado y allí decidió establecerse en una humilde casa con nada más que un rústico escritorio, una cama y una silla mecedora. El campo fue su sala de espera y su ámbito de trabajo, los nativos sus pacientes y la naturaleza su objeto de estudio. Así pasó sus años investigando las diversas plantas y sus cualidades medicinales y relacionándose con la defensa de los derechos aborígenes como nadie tal vez lo haya hecho en su época.

Esteban Maradona decidió vivir en el ostracismo por años, salvo en los últimos tiempos de su vida donde fue acogido por su familia para poder darle los cuidados médicos que necesitaba. Allí fue reconocido también por la sociedad y sufrió un exceso de atención al cual no estaba acostumbrado.

El documental de Martin Serra cuenta con numerosos testimonios de todas aquellas personas que de una forma u otra fueron “tocados” en su vida por el médico rural, pero por sobre todo y como material más rescatable nos brinda entrevistas realizadas al mismo Maradona en sus últimos años. Donde nos narra de manera sincera, calma pero firme, el por qué de cada una de las decisiones que marcaron su destino.

Testigo de guerras (fue medico de campaña en la guerra con Paraguay) todos los pasajes del film por él narrados tienen un valor testimonial increíble; más aún considerando que se trata de un personaje que atravesó cientos de situaciones históricas con la única intención de ayudar al prójimo, un ejemplo que muchos deberíamos seguir.

Un testimonio necesario para conocer otros tipos de vida que pocos medios de comunicación se interesan en difundir pero que son tan necesarios como auténticos. Ejemplos sobran para inspirarnos: sólo es necesario un narrador hábil para hacerlos llegar al espectador atento y Martin Serra ocupa con hidalguía ese lugar.