Maradona - Médico de la selva

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Se trata de una producción documental que tardó en realizarse más que lo esperable. Esteban Laureano Maradona fue un médico rural argentino, además de investigador naturalista, escritor y filántropo, que murió en 1995, a pocos meses de celebrar sus 100 años.

Vivió casi toda su vida en el norte del país, donde ejerció la medicina sin pedir nada a cambio. Un hombre que nunca dejó de tener por objetivo, en la acción y la prédica, sólo el de servir al prójimo, sin otra ambición que acompañar desinteresadamente al necesitado en todo de lo que de él dependiese, sin importar quien fuere ni de donde viniere.

La realización ha sido estructurada con firme basamento documental mediante entrevistas mantenidas con personas cercanas al galeno a lo largo de su vida, y material de archivo (fílmico y gráfico), incluyendo notas que le realizaron al mismo protagonista objeto del proyecto.

La narración fluye a buen ritmo, ágilmente, despertando el interés del espectador, rememorándolo, o descubriéndolo, mediante el suministro de apropiada información, en forma clara y medida para saber quién fue, qué hizo, cuándo y donde.

La obra logra que, además de relatar en apretada síntesis de la vida del Dr. Maradona, signada por su humanitarismo, posa mirada de los otros sobre él como un gran homenaje a la persona que en vida, y mire que hubo tiempo, transitó en un casi anonimato injustificado.

El resultado es una producción tan humilde, sencilla, franca y emotiva como el personaje que la inspiró.