Maradona - Médico de la selva

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

Un documental de Martín Serra Un hombre que rodeado de todo no encontró nada y rodeado de nada encontró todo. Sabemos que el status del cine documental es una prueba de legitimación del mundo y de su existencia, como también sabemos que un buen documental además de ofrecernos una historia, debería estimular un diálogo alrededor de su tema, y creo que Maradona Médico de la Selva lo logra.

Su director ha apelado a cruzar comentarios, testimonios, entrevistas, la voz en off del relato del protagonista, un importante material de archivo fotográfico y fílmico, los que ha sabido contextualizar y yuxtaponer.

Esta es la historia de un médico llamado Esteban Maradona, que por un conjunto de razones casuales y causales eligió una forma de vida absolutamente inusual.

Pudiendo desarrollar su profesión en otro contexto se quedó a practicar su vocación con los indígenas. Entendiendo que el hecho de ser médico, no es homologable a otras profesiones, simplemente porque se trabaja con seres humanos.

Maradona fue un hombre que amó a los indígenas, que les enseño desde como cultivar la tierra, cocer ladrillos o construir viviendas, pero también a defender sus derechos. Y a la vez tuvo la inteligencia de nutrirse de la cultura toba, pilaga y wichi. Solía decir:- La niversidad de los indios me enseñó mucho”. Un hombre tímido y solitario, pero a la vez sociable, que caminaba leguas y leguas de noche y de día para atender a sus pacientes.

Pasados 40 años de esta existencia dedicada a los otros, se lo reconoció como un hombre de ciencia, por sus aportes a la botánica, la ecología, la etnobotánica y a otras especialidades relacionadas con la flora yla fauna. A las cuales se sumó su capacidad de eximio dibujante, cuyos únicos materiales eran sobres, un lápiz negro y lápices de colores comunes, que mojaba en una latita “de pate”.

El espectador puede disfrutar de una historia de vida, y a la vez reflexionar sobre que lo que representa sentir y practicar una vocación, sobre la medicina y sus curas, sobre la situación pasada y presente de los indígenas, sobre el ascetismo, sobre la dignidad. SOBRE QUÉ ES LA VIDA Y COMO PUEDE VIVIRSE. Imaginando a este hombre en una modesta casa sin luz eléctrica, operando bajo la luz dela luna, las estrellas o los fogones, escribiendo, dibujando, estudiando, tomando un mate, barriendo, comunicándose con sus semejantes y contemplado el mundo.

Pensando en que tanto le gustaba la pobreza, convencido de que “la invención en algún sentido suele surgir de la vagancia, porque para ser un sabio hay que ser un vago…porque andar de un lado a otro le permite conocer más” . Una replica en algún sentido de los naturalistas del siglo XIX, pero que muy lejos de abstraerse del mundo, lo penetraba y lo traducía.

Recomiendo al lector/espectador leer una nota de su director (abajo), la cual desarrolla en 5 items. -a quien pensaba realizarle una entrevista-, que de hecho no creo necesaria, ya que en su discurso está todo dicho. A quien felicito por su trabajo y reflexiones que lo llevaron a realizar este documental.

Acerca de Esteban Maradona

Esteban Maradona nació en la provincia de Santa Fe en 1895. Criado en el campo de la familia en Barrancas, donde cursa sus estudios primarios. Se traslada a Santa Fe y luego a Buenos Aires para concluir la secundaria. Más tarde se recibe de médico en la Universidad de Buenos Aires y allí comienza una vida de periplos y viajes continuos que lo llevan a través de Resistencia, Asunción (donde trabaja como médico en la guerra del Chaco Boreal entre Bolivia y Paraguay). Al finalizar una casualidad lo detiene en Guaycurú (hoy Estanislao del Campo) donde sin demasiada explicación se queda a vivir durante casi cincuenta años alejado de todo y en medio de la naturaleza y los aborígenes de la zona. Con casi 90 años su familia lo traslada a Rosario donde vive rodeado de una familia numerosa, en contraste a aquella vida solitaria. Murió en esa ciudad a los 99 años. El se consideraba el médico más zaparrastroso del país.

Notas del director

Tiempo después de haber conocido a (la historia de) Maradona tuve (y tengo) dos imágenes permanentes en mi cabeza: la primera es él en su rancho, en la oscuridad en la noche, sólo, leyendo, escribiendo o dibujando algo a la luz de la vela, en medio de un silencio solo interrumpido por esporádicos ruidos nocturnos; la segunda es este mismo personaje, según crónicas de habitantes del pueblo, emponchado (de negro) y con un chambergo de ala ancha, caminando por las calles de Estanislao del Campo en las noches cerradas, frías y ventosas, no sabiendo precisamente hacia donde se dirigía. Estas dos imágenes, que para mi generan misterio por saber quién es este personaje, me llevaron a comenzar a investigarlo de manera más profunda. Por otro lado, la selva, senderos de ñandú, ferrocarriles, ritos aborígenes, un amor frustrado.
Lo que sigue plantea el por qué de mi intención de realizar este documental.
Primer interrogante: ¿Quién fue realmente Esteban Maradona, el otro Maradona, el desconocido? Fue un médico. Hasta aquí, nada novedoso. Segundo: ¿Qué cualidad tiene éste médico para ser protagonista de un film? La comunidad aborigen de un pueblo de la provincia de Formosa donde vivió cincuenta años en medio de la selva, lo llamó piognak (en el idioma original pilagá es piogonak), que significa curandero o Doctor Dios, elevándolo a una instancia superior, algo imposible para cualquier doqshi (blanco): ese rango solamente era y actualmente es para nativos. Comienza a crecer mi interés sobre éste personaje. Tercero: ¿Cómo lo podríamos definir? ¿Es imposible encasillarlo? ¿Fue un aventurero, un observador, un vagabundo, un filósofo, un desposeído, un loco, un rebelde, un perseguido político, un vago, un trabajador incansable, un exiliado, un tipo de mal carácter, un marginal, un indigenista, un escritor, un ermitaño, un hombre de acción, un pacificador, un curandero, un naturalista, un romántico? ¿O no fue nada de eso? Cuarto: ¿Qué hizo? Nada demasiado trascendente ¿Es necesario hacer algo trascendente? Ejerció la medicina y observó la naturaleza. Sin ningún planeamiento ni estudio previo de la situación, fue aprendiendo a convivir con los nativos, de los cuales aprendió mucho, según sus crónicas ¿Esta convivencia era necesaria para ambas partes? Quinto: ¿Qué circunstancias llevan a un hombre educado de manera tradicional y conservadora, a convertirse en lo que fue? ¿Por qué un médico, en una de las urbes más importantes del mundo, como era Buenos Aires en los comienzos de las décadas del 20 y del 30 del siglo pasado y con todas las posibilidades para triunfar y destacarse como tal, abandona todo? ¿Cómo ese retiro se transforma en una aventura que terminaría medio siglo después? ¿Por qué, sin proponérselo de antemano y con un trabajo confirmado en Buenos Aires, se queda a vivir en una casa con techo de chapa cartón en el centro geográfico de la provincia más pobre del país? ¿Cómo puede forjarse una personalidad así? Probablemente no haya ninguna respuesta racional. O quizás no haya respuesta. Una cosa es segura: todo lo vivió desde su simpleza y su pragmatismo, desde una posición extremadamente individualista y sin reflexiones filosóficas ni políticas.
La vida de Maradona fue una historia poco común. Una vida que a simple vista pareció mantenerse al margen de su tiempo. Si de alguna manera queremos acercarnos más a Maradona es diciendo que fue una persona vencida por el destino, una persona sin pretensiones de nada. Y que desde allí se forja esta extraña personalidad.
Schopenhauer afirmaba que la libertad es ausencia de necesidades. Esa ausencia de necesidades quizás sea el origen de Maradona como personaje. “MARADONA”, de algún modo, es un film sobre la libertad. O, en su defecto, es la historia de una necesidad.
¿Hasta que punto uno actúa como actúa? ¿A partir de cuándo una necesidad se transforma en obligación? ¿Cuánto de necesidad y cuánto de libertad hay en la vida de Maradona y en la de cada uno de nosotros? Hacia la búsqueda de esto radica mi necesidad de confrontar la libertad contra la necesidad/obligación, valga esta contradicción. Y, finalmente, si son excluyentes o no.