Mar negro

Crítica de Marcela Barbaro - Subjetiva

Opuestas y complementarias

Dos mujeres de distintas nacionalidades, una italiana y la otra rumana. Dos roles opuestos. La primera es Gemma (Iliaria Occhini), la dueña de casa y la segunda es Ángela (Dorotea Petre), su empleada doméstica.

Ante la reciente pérdida de su esposo, Gemma necesita la compañía de alguien. Ni su edad ni su salud le permiten manejarse libremente. Es entonces, que su hijo contrata a Angela, quien al llegar a Italia se entera que esta embaraza, mientras su esposo sigue trabajando en Rumania como operario de fábrica. Gemma es hosca, malhumorada, impaciente y prejuiciosa. Ángela es sumisa, discreta, servil y paciente. Necesita trabajar y no le queda más remedio que aguantar las ofuscaciones de su patrona. El tiempo de la convivencia hará lo que todos esperamos: la armonía de la relación entre ambas, la amistad que surgirá por distintos factores y el conocimiento interior de ambas personalidades.

La ópera prima de Federico Bondi, transita por una historia que plantea, desde el inicio, la manera de desatar los nudos del conflicto. El film se construye a través de un relato fluido, prolijo y paciente, para desarrollar este juego de relaciones opuestas y complementarias con muy buenas interpretaciones. Pero no hay más que eso. Le faltó aquello que no esperábamos, la sorpresa que condimenta lo llano.