Manto de gemas

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Elaborado con cuidado artesanal escena por escena, donde las imágenes a veces demuestran un distanciamiento buscado y otras dejan entrever la brutalidad en su verdadera dimensión, donde las conversaciones a veces no se hilvanan, pero permiten ser intuidas o imaginadas, como todo lo que ocurre de ominoso en sus fuera de campo hacen atractivo a este film pensado y elaborado cuidadosamente. El destino de tres mujeres en un territorio de salvajada endémica, el México rural que tan bien conoce su directora Natalia López Gallardo (vivió en ese ámbito una década y media) donde la droga, la corrupción y la violencia se muestran enraizadas, como parte de ese tejido social desmembrado, donde se naturaliza lo indecible. La vidas cercenadas, las desapariciones, la captación de jóvenes que no ven otra salida a su destino paupérrimo, y el miedo sujetando lo que las reglas morales no ciñen, y la noción del bien y del mal borroneados por la constante violación de mínimos derechos. Un gran collage de situaciones que terminan engarzadas, donde se ponen en evidencia las diferencias sociales, el poder del dinero, la clase acomodada, los que se despojaron de todo y se resignan. Una señora recién separada, la hija de la señora que le hace quehaceres domésticos, una mujer policía mezclan sus destinos encarnados por muy buenas actrices.