El manicomio: la cuna del terror

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Siguiendo el reguero inagotable de películas “found footage”, "El manicomio", de Michael David Pate, no aporta más que repetición a algo que ya se hace inexplicable. De hecho, me desdigo, es muy probable que el subgénero “found footage” esté agotado hace rato; sólo que rara vez le logran sacar algo de jugo a ese limón rancio.
Found footage se traduce como “material encontrado”. Se supone que “el chiste” inicial era hacernos creer, mediante campañas publicitarias, que lo que íbamos a ver tenía base real, y presenciaríamos algo parecido a un documental malogrado.
Funcionó con "Holocausto Canibal" (aunque no era estrictamente found footage, sino algo muchísimo mejor), volvió a funcionar en "Alien Abductión" y "El proyecto Blair Witch" – esta más por la campaña que por la calidad –, y hasta ahí funcionó con "Actividad Paranormal" – idem anterior y a duras penas la primera –.
En el medio, y a doce años de la película de Oren Peli, hay un limbo con algún destello destacado (como la reciente "Gonjiam", las dos "Creep", y – valga la redundancia – la serie "Limbo"), y demasiado sin sentido. "El manicomio", pese a que se intentó ligarla a la suerte de "Gonjiam", lamentablemente, entra en el grupo de las mayorías olvidables.
Tenemos a un grupito de youtubers con canales de diferentes estilos, que de alguna manera están relacionados entre sí. El mundo youtuber es un pañuelo y todos se conocen y van siendo parejas unos de otros… aparentemente.
Hay un dúo que hace videos de broma y se filma en distintos sitos paranormales; una chica que desafía a otros a superar miedos; y una it girl. Entre los cuatro hay algunas cuentas pendientes, y la oportunidad de hacer un video en colaboración conjunta puede ser ideal.
Beelitz Heilstättem es un hospicio alemán construido en 1898 y cerrado en el año 2000. Pensado originalmente para atender casos de tuberculosis, fue militarizado durante la Primera Guerra Mundial, atendió a Hitler y a Eric Honecker; y durante la Segunda Guerra fue apropiado por los soviéticos; época en la cobijó a “La bestia de Beelitz”, famoso asesino necrófilo.
Tras su cierre, fue utilizado como locación en películas como "El pianista" y "Operación Valkiria", ambas infinitamente superiores a la que nos trae a cuestión. Para conocer más sobre la historia real, el documental "Malaise", es una muy buena opción.
Retomando. Los youtubers con sus camarógrafos, se dirigen a las ruinas de Heilstättem, famoso por sus supuestas apariciones paranormales; a las que la película suma el caso de una paciente que fue víctima de diferentes torturas durante la Segunda guerra Mundial, y luego asesinada para que la verdad no saliera a la luz (claro, porque las otras historias de Alemania durante ese período son de amor y paz). El grupo tiene que pasar una estadía en el hospicio y documentar la mayor cantidad de material posible.
Pero pronto se van a dar cuenta que hay alguien más que quiere documentar, que quiere realizar su propio montaje de película para que la verdad salga a la luz. No, no busquen lógica ni sentido en la premisa, ni piensen en la idea de un fantasma queriendo ser montajista, no tiene sentido hacerlo. Sólo agregar que al grupo se suman un par de peones más.
Lo que sigue es la típica de found footage con cámaras temblorosas, y hasta cámaras térmicas, mientras todos son asustados, y luego liquidados uno a uno con la idea de que el mito sea tomado en serio. Habrá un giro, no demasiado novedoso, y hasta puede que algo previsible; pero que en otro contexto hubiese funcionado mejor de lo que funciona acá.
"El manicomio" tiene todo lo peor de este tipo de propuestas. Una cámara convulsiva, escasez de explicaciones de todo tipo, y una gran confusión entre los personajes. El grupo no funciona individualmente, pero menos como conjunto.
Ninguno genera ni el menor interés o empatía. No nos importa individualizarlos, no nos cuentan mucho de cada uno, y tampoco nos interesa saberlo. En el caos total que proponen siempre este tipo de películas, ni siquiera sabremos bien cuántos son.
Las imágenes son tan oscuras, abruptas y movedizas, abusadas de un mal montaje, que tampoco sabremos certeramente quiénes son los que quedan en camino, y quiénes son los que no lo lograron. Es como si a la misma película no le interesase más que decirnos, tenemos a este grupo, algunos van a ir muriendo, no importa quiénes. El mencionado giro intenta darle algún sentido a esto; otra vez, en otro contexto, ese giro sería hasta bienvenido.
No es la primera vez que el cine alemán copia al dedillo fórmulas estadounidenses. Casi siempre las copia bien. El problema, como en "El manicomio", es que quizás no copie las fórmulas correctas, y termina imitando a películas que ya queremos olvidar.