Manchester junto al mar

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Con 6 nominaciones para los Premios Oscar, incluyendo la de "mejor película", llega este relato sobre el amor, las pérdidas, la culpa y el nuevo acomodamiento que atraviesan los vínculos familiares.

La película, que acumula 6 nominaciones para la entrega de los Premios Oscar del domingo próximo incluyendo el de "mejor film", es una drama crudo que coloca el ojo -y el corazón- en el reacomodamiento que sufren los vínculos familiares luego de una pérdida.

Manchester junto al mar está encabezada por Casey Affleck, en la piel de Lee Chandler, el parco empleado de tareas de mantenimiento y plomero de Boston que se ve obligado a regresar a su ciudad natal luego de la muerte de su hermano para hacerse cargo de su sobrino de 16 años. Sulabor está nominada al Oscar.

Con esta premisa que atraviesa el dolor, el director Kenneth Lonergan construye un relato donde el presente se ve caótico y tan desesperanzado como al protagonista, atrapado en un espiral trágico del que no puede escapar.

El fuerte de la película reside en ese choque de costumbres y de mundos diferentes, en los silencios y en los "flashbacks" que van contando con cuentagotas lo que ocurrió antes pero, sobre todo, en la frialdad y las explosiones de Chandler para mantener un vínculo sano con quienes lo rodean.

Las escenas en las que se relaciona con su sobrino Patrick -una gran actuación de Lucas Hedges nominada como "actor de reparto", logran el mayor nivel dramático de la propuesta que profundiza sobre el entendimiento de la pérdida física de un ser querido. La idea de posponer el entierro por el clima imperante, empieza a dejar sus huellas tanto en Chandler como en el adolescente que no quiere dejar su ciudad para ir a vivir con su tío, ni perder a su novia o a su círculo de amigos.

El reencuentro de Chandler con su ex-mujer -Michelle Williams, también nominada como "actriz de reparto" en un rol pequeño pero decisivo- trae ecos dolorosos de un pasado cuyas heridas no parecen cerrarse.

Manchester junto al mar muestra a un puñado de personajes que sobreviven como pueden en esta historia quizás demasiado extensa pero que deja un sabor amargo por las situaciones extremas que presenta. Al clima se suma el particular uso de la banda, las escenas con viajes en barco para exponer dramas y las culpas de una familia en la pequeña comunidad costera.