Mañana Tarde Noche

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Tres directores, tres episodios, un día, un departamento, una pareja. Estos son los elementos con los que cuenta Mañana Tarde Noche tríptico dirigido por Federico Falasca, Tatiana Perez Veiga y Laura Spiner, integrado por tres fragmentos integrados entre sí.
Cada director se encargará lógicamente de uno d los episodios, cada episodio representa un momento del día, y por lo tanto, cada uno será encarado de manera distinta.
Los protagonistas y únicos personajes son Julia y Tomás (Katia Szechtman y Jair Toledo) una pareja joven que convive pero no sabemos hasta cuándo, parecieran atravesar una crisis.
La mañana es a puro cámara en mano, pulsión sexual. Ambos expresan sus sueños con la infidelidad latente, y estos se representan.
Por su estética se demuestra que si bien lo infiel parece ser aceptado, no está bien, causa convulsión, ruido en el otro. Los diálogos son incómodos aunque no parecieran tratarse de nada en concreto.
Al llegar la tarde el diálogo ya no abunda, Tomás chatea con un amigo y se muestra lo que escriben; Julia llega y comienzan a escucharse voces del afuera; vuelve a surgir la idea de la infidelidad, tienen que salir a investigar de dónde vienen esas voces, y la situación entre ellos es cada vez más tensa.
De noche, se preparan para asistir a un cumpleaños, la infidelidad otra vez pero ya no expresada en palabras sino vívida y no aceptada; nuevamente la pulsión sexual cerrando un círculo que podría comenzar como el día que está finalizando.
Si bien cada director pondrá su sello, el clima general es similar, el agobio; lo cual nos retrotrae a la muy reciente Rosa Fuerte con la cual guarda más de un punto en común.
Si bien se habla de otros personajes, como un omnipresente hombre vestido de gris, Julia y Tomás son lo único que se ve, encerrados, jadeados; y para eso es necesario, inevitable, apoyarse en los dos intérpretes. Szechtman y Toledo se cargan el film al hombro y salen airosos individualmente, aunque en conjunto lucen una química extraña, quizás por las propias situaciones que deben atravesar sus personajes.
Individualmente, podríamos hablar del segmento “Tarde” como el más concreto y de algún hallazgo en lo narrativo subjetivo, pero como conjunto, Mañana Tarde Noche luce como un film experimental, introspectivo, curioso; para un público que busca formas nuevas y gusta de este tipo de historias que rozan lo voyeurista.
Film festivalero, de estudiantes de cine; hay un público adepto a ellos, y el mismo puede disfrutarla todos los jueves de noviembre en el Centro Cultural de la Cooperación.