Mamma Mía! Vamos otra vez

Crítica de Jessica Blady - Malditos Nerds - Vorterix

YOU CAN DANCE, YOU CAN JIVE…

A mover la patita...
Lo crean o no, “Mamma Mia!” (2008) se convirtió en uno de los grandes sucesos de aquel año, y en uno del musicales más exitosos de todos los tiempos. Phyllida Lloyd tuvo la tarea de llevar a la pantalla grande el hit teatral creado por Catherine Johnson, que cuenta la vida de la joven Sophie Sheridan (Amanda Seyfried) quien, a punto de casarse, trata de averiguar la verdadera identidad de su papá, todo al ritmo de los clásicos de ABBA.

Ahora, una década más tarde, el realizador Ol Parker se calza al hombro esta secuela/precuela que retoma la historia de la joven cinco años después, a punto de inaugurar el hotel que siempre fue el gran sueño de su madre Donna (Meryl Streep). La narración salta del inseguro presente de Sophie para llenar todas esas expectativas, al pasado, para contarnos la alocada juventud de mamá (acá interpretada por Lily James), su recorrido por el mundo tras terminar la escuela en 1979 y salir a encontrar lo que le deparaba el destino, el encuentro con los tres posibles padres de su hija (Sam, Harry y Bill) y su desembarco en Kalokairi, la isla griega que se convertiría en su hogar para siempre.

Mientras en el presente, Sophie se encarga de los últimos preparativos para la gran celebración del lanzamiento de Bella Donna junto a Sam (Pierce Brosnan), lidia con la posible separación de su amor Sky (Dominic Cooper), y las tribulaciones de salir adelante sola tras la muerte de su mamá, un año atrás; la joven Donna nos lleva de ciudad en ciudad, la eterna amistad con Tanya y Rosie y los diferentes encuentros fortuitos que tuvo con los hombres que marcaron su vida.

Un ida y vuelta lleno de canciones setentosas, momentos hilarantes y bizarros, y numeritos musicales súper elaborados y espontáneos. “Mamma Mia! Vamos Otra Vez” (Mamma Mia! Here We Go Again, 2018) se deja llevar por las características del musical más clásico y se despega del acartonamiento de su predecesora; suma mejores voces al reparto (lo sentimos mucho Meryl y compañía) de la mano de los jóvenes protagonistas, y logra que se luzcan muchos de los temas menos conocidos de la banda sueca.

Parker (también guionista) trata de no repetir canciones, aunque algunas son inevitables, y nos demuestra que la vida de cualquiera se puede resumir con un par de melodías de ABBA. Su historia va más allá de la isla griega y ahí es donde logra soltar toda la locura y la frescura de sus protagonistas, en medio de elaboradas puestas en escena que nos sumergen de lleno en esta fantasía en clave de comedia.

James es el alma de esta aventura llena de rebeldía adolescente, la búsqueda de la identidad y el amor; la amistad resumida en “Donna and the Dynamos”, la banda que creó con sus compinches, y la madurez que le pega de repente cuando decide convertirse en madre soltera.

Las tribulaciones de Sophie son diferentes a las de la joven Donna, pero el paralelismo es muy válido y en un punto sus historias se cruzan y se entrelazan, sumando ese momento cursi que endulza una película, tal vez, demasiado camp para aquellos que no estén acostumbrados a que la gente se ponga a cantar en medio de una escena.

“Mamma Mia! Vamos Otra Vez” es esto, y redobla la apuesta de su antecesora con más despliegue musical, coreografías con decenas de extras y bailarines, estrafalarios atuendos que recorren los diferentes estilos de la banda pop, pero que nunca desatiende la importancia de los lazos afectivos, ya sean familiares, de amistad o románticos.

Si no les alcanza con el impulso acelerado de tener que levantarse y corear cada tema de la banda sonora (“When I Kissed the Teacher”, “Waterloo”, “I Have a Dream”, “Andante, Andante”, “The Name of the Game”, “Knowing Me, Knowing You”, como para nombrar algunos), Parker suma más glamour de la mano de Cher (sí, CHER), en el papel de Ruby Sheridan, madre de Donna y abuela de Sophie, demasiado ocupada con su propia carrera como para dedicarle un momento a su familia. Además de unos cuantos cameos que no vamos a revelar.

Acá no hay súper acción, ni drama, tampoco hay mucho “realismo” que digamos (ni siquiera está filmada en una isla griega, ESO ES CROACIA); aunque ni ahí es lo que busca esta secuela ni sus responsables. “Mamma Mia!” es el carnaval carioca al final de la fiesta de quince, un placer culposo que se disfruta sin prejuicios mientras no se deja de mover la patita.

Hay un poco de incongruencia en su relato, sí, entre el liberalismo femenino de la joven Donna y el final de la década del setenta, y la necesidad imperiosa de convertirse en madre y acatar ciertos convencionalismos. Igual, estamos ante personajes femeniles que no necesitan príncipes azules para salir adelante, y una sátira que celebra esos logros individuales.

“Mamma Mia! Vamos Otra Vez” supera ampliamente a la entrega anterior, justamente, porque no se toma tan en serio, eleva a la enésima potencia el humor y su carácter de musical moderno y bizarro, y suma un elenco más juvenil que, además, canta bastante mejor que sus versiones adultas. Acá no hay que pensar mucho, dejarse llevar por el ritmo y darle gracias a la música.

LO MEJOR:

- Lily James al centro y al frente.

- Su carácter mega camp.

- La banda sonora, obvio.

LO PEOR:

- Querer sumar seriedad en el final.

- Que falte el cameo de Agnetha y Anni-Frid.