Maligno

Crítica de Santiago García - Leer Cine

El cine de terror tiene una demanda tan grande que no hay casi semana en la cual no se estrene una nueva película de este género. Mantener la calidad es complicado, incluso diferenciarse de la mayoría parece una misión complicada. Pero tan popular es el género que aun así se siguen produciendo películas y generando euforia cuando alguna se sale del promedio. Maligno (The Prodigy, 2019) se inscribe en la tradición de niños malignos, pero en lugar de una posesión diabólica o demoniaca acá el conflicto surge de una reencarnación. Un asesino monstruoso que muere justo cuando el pequeño protagonista del film nace, reencarnará en él, lo que en poco tiempo comenzará a manifestarse.

Con eso la película se gana nuestra atención, al menos en la primera parte. El prodigio del título original refiere a que el niño habla antes que la mayoría de los bebes, que demuestra una inteligencia superior y que, finalmente, empieza amostrar síntomas de maldad. Hasta ahí llegan los méritos de una película que va copiando elementos de otras hasta ser simplemente una más del montón. Al menos durante un rato pudo ser diferente y de esa manera tener una chance de no ser confundida con otros cientos de films de terror de los últimos años.