Maligno

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

A veces algunos publicistas deberían analizar con detenimiento sus estrategias para provocar el mercado. "The Prodigy" fue noticia a fines del año pasado, al conocerse que tuvo que ser reeditada luego de los primeros screenings y ese material fue utilizado por la gente de marketing de la película para mostrar el potencial del material con el que contaban.
Al parecer produjo muchas reacciones en el púbico asistente, con gritos mayores que la media y sustos varios que impedían seguir la trama en algunos segmentos (nota publicada por ThisIsInsider y reproducida por múltiples portales). Este elemento de prensa invitaba a adentrarse en ella como si fuera un producto fuera de lo común.
Pero vaya a saber uno porqué, eso no sucede. Sí es cierto que "The Prodigy" es prolija y sencilla. Sabe lo que quiere contar y se toma su tiempo (demasiado para mí gusto) en hacerlo.
Nicholas McCarthy (su director) es un tipo que entiende mucho del género y busca darle una vuelta de tuerca al género de los "niños malvados", procurando con varios elementos efectivos que intenta potenciar con adecuados rubros técnicos y un casting desparejo pero con algún rol destacado.
"Maligno", debía mostrar muchas cartas nuevas para hacer una jugada original. Y si bien por momentos se tienta en transitar algunos caminos novedosos, todo se va estructurando en una construcción lineal, que establece casi lo mismo que vemos en todos los productos de este tipo.
Sí, no es la típica historia de fantasmas, apariciones y demás, aunque coquetea con el thriller de suspenso, más que proponer un auténtico desfile de cadáveres como el género procura (y si no, miren cualquier clásico y cuenten las muertes antes del clímax final).
La trama comienza con un secuestro, del que no debemos anticipar mucho, que se da en el mismo momento del nacimiento del primer hijo de Sarah (Taylor Schilling) y John (Peter Mooney). En dos lugares del Estado, se viven situaciones distintas, las cuales aparentemente podrían tener alguna relación. Miles, el bebé recién nacido es un nene esperado y llega a la vida de este matrimonio, con toda su carga de ruptura natural. La pregunta es... ¿Cuánto de esto es normal y cuánto no?
Miles (un buen proyecto de actor, Jackson Robert Scott) es el niño en cuestión. Pasan los años y él va evidenciando una evolución compleja de su personalidad. Tiene los ojos con heterocromía y una mirada distante, sus predilecciones y hobbies no son los que imaginaríamos en un niño de esta edad.. Distintos sucesos van oscureciendo el clima en su hogar y en todos él se encuentra involucrado. Claramente, no es un chico normal.
A la edad de 8, transcurre la historia propiamente presentada. Miles, quien ostenta una maduración intelectual superior a la de sus pares, debe ser atendido en forma particular, dado que posee una capacidad singular para el aprendizaje.
Parece, a todas luces, un chico adorable, pero por momentos, actúa de manera peligrosa e imprudente y confirma todo lo malo que nos imaginamos de él.
Al principio sospechamos algo de su conducta, pero con el correr de la trama, vamos descubriendo que en su vínculo con su medio y su familia, hay un secreto escondido que impulsa en sentido de estos actos descarnados en los que Miles participa... Y eso ecolsiona cuando comienzan a experimentarse situaciones difíciles, en la casa, la escuela y con la familia.
"The Prodigy" tiene en el haber, una correcta ambientación y una distribución de jump scares limitada, pero justa. Ofrece cierta atmósfera de misterio (pero no demasiado) y su OST se muestra delicada y sugerente. Sí sorprende que el guión no sea tan visceral viniendo de un consagrado como Jeff Buhler ("The midnight meat train", la nueva versión de "Pet Sematary") a quien le gusta mucho ir más allá de las propuestas mainstream del género.
Pero no. "Maligno" a priori tenía muchas condiciones para intentar un camino distinto (tiene un sólido cast), pero inexplicablemente elige transitar senderos ya recorridos en muchas oportundiad... Abandona rápidamente la sorpresa y alinea sus ideas en torno a explotar en el cierre con muchos fuegos artificiales.
La discreta dirección de McCarthy y el poco imaginativo guión de Buhler sepultan el camino de la transgresión y llevan a "Maligno" a que no alcance todo lo que promete. En definitiva, todo lo que verás aquí, ya lo has visto antes.
Si la anécdota del principio es cierta en su totalidad, ¿por qué no haber seguido esa línea en vez de la que primó para su realización? Mirando el resultado de cierre, hubiese sido otro tipo de experiencia. La que se proyecta, es una más en un cuantioso universo de productos similares. Lo cual no deja de ser una gran pena.