Maligno

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Maligno es una de esas películas de las cuales uno puede escuchar o leer declaraciones tales como “es una genialidad” o “que porquería acabo de ver”. Va a depender mucho de si entrás en el código y sintonía que le dio James Wan.

Se nota que el director quiso hacer algo distinto en el género de terror luego de haber dejado su huella con grandes hitos modernos tales como Saw (2004), las dos primeras Insidius (2010 y 2013) y las dos primeras de El conjuro (2013 y 2016), amén del resto de las secuelas y spin-offs.

Aquí intentó lograr una modernización de cierto tipo de cine (de terror) pseudo Clase B de la década del ’80 y principios de los 90s. De ahí las sobreactuaciones que esgrimen los personajes, los diálogos ridículos y los tiempos de la narración.

Ojo, no está queriendo causar que el público se ría, pero lo puede provocar. Ofrece la entrada a un mundo particular y que vos como espectador disfrutes de él. Todo esto dentro de un gran laburo de puesta y fotografía para maquillar los clichés que saca a relucir. Bien en contraposición de sus trabajos previos.

En definitiva, Maligno no es una película para todos los paladares. Sino más bien para quienes amen mucho las distintas aristas del género.