Maligno

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

El director de El juego del miedo (2004), La noche del demonio (2010), El conjuro (2013), La noche del demonio 2 (2013), Rápidos y furiosos 7 (2015), El conjuro 2 (2016) y Aquaman (2018) entrega la película más extraña e inclasificable de su filmografía, una historia clase B que abreva en el cine directo a video de los ’90 y mezcla altísimas dosis de violencia con una delirante trama centrada en una mujer que sufre visiones aterradoras que, en realidad, son hechos reales cometidos durante su vigilia.

La protagonista se llama Madison (Annabelle Wallis) y está de novia con un muchacho violento del que ha quedado embarazada varias veces, siempre sufriendo abortos espontáneos. Ante un nuevo embarazo que, aunque reciente, parece marchar sobre ruedas, una pelea entre ellos funciona como el preludio de un brutal ataque nocturno que deja al hombre muerto y a ella, muy mal herida.

La policía rápidamente sospecha de esa mujer cuyo pasado es una incógnita para ella, ya que fue adoptada. Wan se toma un buen tiempo, quizás demasiado, para desarrollar la trama y entregar varias escenas de suspenso bien construidas, demostrando una vez más que tiene un pulso notable para el género.

Pero sobre el último tercio Maligno pega un cambio radical de tono. Si El conjuro se mantenía dentro de los carriles del verosímil interno, con su impronta setentosa y su atmósfera levemente enrarecida, aquí Wan vuela todos por los aires apostando a la fantasía y el gore más crudo y visceral, incluyendo varias situaciones conscientemente ridículas que, desde ya, no conviene adelantar.