Maligno

Crítica de Clara Migliardo - Bendito Spoiler

Luego de su última cinta de terror en 2016, ‘El conjuro 2’, James Wan abandonó la silla de director por un largo rato. Sin embargo, jamás estuvo desaparecido. Durante cuatro años continuó monitoreando a los hermanos Warren, produjo la última entrega de ‘La noche del demonio’ y dos cintas que se sumaron al universo de Jigsaw. Todas esas experiencias se condensan en ‘Maligno’, un film donde conviven tanto el Wan primerizo y adicto al horror gráfico, como aquel actual experto que adecua el terror psicológico a las nuevas audiencias.

La trama gira alrededor de Madison Lake, una mujer cuyo embarazo y matrimonio penden de un hilo. A esto se le suman pesadillas protagonizadas por algo que se debate entre lo onírico y lo real.

¿Qué es lo que se puede esperar de ‘Maligno’? Lo mejor y más. James Wan sorprende ocupándose de contentar a las audiencias que lo acompañaron en su recorrido cinematográfico. El gore más visceral encuentra su protagonismo, retomando la creatividad que el director empleaba en las trampas de Jigsaw allá por el 2004. Los estragos causados por Valak y Anabelle para atormentar a los Warren son similares a los desastres que genera lo maligno en esta nueva cinta. Sin embargo, hay algo que James Wan destierra de su modus operandi: sus tan aclamados jumpscares. Así que, si lo que se busca es un susto fácil, es mejor quedarse con sus anteriores cintas.

Además, Wan quiere atraer a quienes más lo detestan. Aquellos amantes del terror característico de las décadas 80 y 90, fieles a un modo de asustar que poco tiene que ver con generar respingos, sino con perturbar. Así es como ‘Maligno’ se entremezcla con el giallo, el género popularizado por Argento que inspiró a los mejores antagonistas del suspenso. Esta temática suele involucrar a un asesino difícil de desenmascarar, que se cobra a sus víctimas en cantidad y sin asco. Más allá de respetar esas bases, James Wan toma otros aspectos que son secundarios en regla general y los ubica como principales. Uno sumamente interesante es la creación de un espectador activo que debe estar siempre atento, pues es quien tiene las pistas para resolver el enigma, inclusive más que los personajes principales.

De este popurrí plagado con elementos positivos, es engendrada la que probablemente sea la mejor creación de James Wan hasta la fecha. Su meta de complacer a la audiencia dista de ser inalcanzable, porque él mismo se declara un fanático del género terror, un espectador más. Como tal, escucha los reclamos para que el cine traiga de vuelta el horror de épocas anteriores, y lo vuelve realidad en ‘Maligno’. Muy respetuosamente, toma un pedacito de los films más icónicos, y los reintegra en su novedosa definición de cine.

Hay solo un elemento que hace al film flaquear, y es que el final es demasiado impredecible. En otras circunstancias tal hecho sería la cereza del postre, pero en una cinta con fuertes cimientos en el suspenso eso no funciona. Si hay un misterio, y aún más si hay giallo, al público se le hace difícil llegar al corazón de la trama, pero nunca imposible. Entonces ‘Maligno’ deja entrever un carácter egoísta, dejando un reguero de pistas falsas y desconcertantes, guardando el conocimiento de la verdad para que nadie lo conozca de antemano. De todas formas, reclamar eso a la cinta es un capricho si consideramos que para muchos será lo mejor del film. Lo ideal es celebrar que James Wan comienza a encaminar el horror en la senda correcta, donde vuelve a recordar sus raíces y retoma aquellos elementos que lo hicieron tan especial y viable años atrás.