Maléfica

Crítica de Mariano Torres - Fuera de campo

En el año 2007 Disney tuvo una idea peculiar: readaptar su clásica historia de brujas y princesas pero subvirtiendo un poco las cosas, ya que, a saber, el amor “automático” no existe, los príncipes son cosa de cuento, y los animalitos de la vida real no cantan ni bailan. Nació, entonces, Encantada (Kevin Lima) y el mundo aplaudió la osadía. Hoy, siete años después, Disney se dio cuenta de otra cosa: en esa reversión, la única que seguía siendo la misma era la bruja y al público actual parece gustarle más el villano que el héroe (redención y moraleja mediante, claro, ya que al menos en eso hay que ser fiel a los principios del Ratón). De esta idea suge pues Maléfica (Robert Stromberg).

Sin embargo, hay entre ese otrora gran logro -que introdujo al público masivo a un talento como Amy Adams- y éste intento de modernización de la fábula una enorme diferencia: mientras que el primero era, en el fondo, una bienvenida autocelebración a través de la parodia, éste es un auto-atentado a través de la ampulosidad y mero festival de efectos digitales. Ahora bien, pese a este grave problema, Maléfica no es una mala película: simplemente es una película acerca de una mala, que acapara demasiado la atención y no deja participar al resto de los personajes. Es ese arma de doble filo el que otorga la paradoja, ya que cuando Angelina Jolie está frente a cámara, su presencia devora la pantalla y es posible deleitarse tan solo con sus miradas y gestos, pero cuando no está, todo se derrumba debajo de su sombra: los personajes secundarios revelan que no tienen ninguna profundidad, los diálogos mal escritos suenan más fuerte y las actuaciones lamentables de Sharlto Copley (quien luego de Distrito 9 no tuvo demasiada suerte en cine) y especialmente de las tres insufribles hadas madrinas, irritan al punto de que cuesta mantener la vista en la pantalla.

La historia de Maléfica parece estar, no obstante, construida a medida para Jolie: un incomprendido ser oscuro (no se menciona la palabra “bruja” en los 97 minutos de película) que en el fondo no es tan malo y si obró de maneras moralmente reprochables en su juventud, lo hizo sólo por despecho, resentimiento y justicia por mano propia. Ok, por más que el personaje naturalmente se arrepienta luego de sus acciones, convendría en otra ocasión analizar bien este mensaje que se está enviando...

Maléfica es, obviamente, La Bella Durmiente a la inversa, es decir, es La Malvada Despierta (porque fea, sin dudas, no es) que, lejos de estar completamente enceguecida por su maldad, es hábil, inteligente, fuerte, poderosa, realizada y con una enorme consciencia social para transmitir la importancia de criar a un niño en este mundo lleno de crueldad y dolor. Cualquier mensaje forzado y redundante acerca de la importancia de adoptar a un pequeño con la realidad de la actriz no es pura coincidencia: es ella, después de todo, quien oficia además de productora.

Pero pese a todos estos problemas, que no son pocos, Maléfica funciona aún si sea únicamente por cuán bien le queda a Jolie el rol de mala-no-tan-mala. Su contraparte anterior, Encantada, por otro lado, conseguía el mismo mérito con otra actriz y además era, en esencia y totalidad, una excelente película. No se puede decir lo mismo de la historia de esta bruj.... ex-hada madrina...