Maléfica: Dueña del mal

Crítica de Matías Villanueva - Sin Intervalos

Hace poco más de cinco años, allá por el 2014, se estrenaba "Maléfica", la recreación live action de "La Bella Durmiente". Hoy la historia continúa en "Maléfica: Dueña del Mal", una secuela con las mismas figuras pero más oscura y menos entretenida.

Había una segunda vez. Lejos quedaron los acontecimientos que llevaron a la villana más famosa de Disney a maldecir a la recién nacida Aurora. Aquí nos encontramos con una princesa más madura, con otras obligaciones y rodeada de criaturas mágicas. El inminente matrimonio de Aurora con el Príncipe Phillip es motivo de celebración en el reino de Ulstead y los vecinos del Páramo, ya que la boda sirve para unir a los dos mundos. Pero, cuando un encuentro inesperado introduce una nueva y poderosa alianza, Maléfica y Aurora son separadas quedando en bandos opuestos en una Gran Guerra, que pone a prueba su lealtad y hace que se cuestionen si realmente pueden ser una familia.

Esta claro que no estamos frente a un nuevo clásico de Disney. Las segundas partes no suelen ser las mejores y a pesar que contaban con una gran oportunidad para reivindicarse luego de una no muy genial (pero bien recibida) primera parte, no logran dar en el blanco. El material huele a nada y se sostiene en los efectos especiales que tampoco son de lo mejor. El guión es muy flojo, es una clásica historia de guerra entre facciones, y en varios momentos de la película dan ganas de pincharse con la aguja y dormir como Aurora en la primera entrega.

El noruego Joachim Rønning ("Piratas del Caribe: La venganza de Salazar"), no innova desde la dirección a pesar de mezclar los elementos fantásticos con batallas a lo "Game Of Thrones" y una fotografía más oscura. El desenlace es previsible desde el comienzo de la cinta, no hay factor sorpresa.

Angelina Jolie hace lo necesario para hipnotizarnos en sus no muchos minutos en escena a pesar de ser protagonista y todo recae sobre Elle Fanning y la genial (pero aquí un poco sobreactuada) Michelle Pfeiffer, quien como la reina despliega su belleza y oficio en un rol que bien conoce: La villana.

La verdadera batalla en este film bélico es entre el guión vs Jolie y Pfeiffer. Y el guión sale victorioso sobre las actrices que no logran remontar los momentos de falta de fluidez y coherencia del mismo. Sin embargo #DisneyEsDisney y a pesar de los pocos hallazgos, la película va a cosechar sus fans y entretener a quien la mire con un ojo menos crítico.

Por Matías Villanueva