Malas enseñanzas

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Jake Kasdan, hijo de Lawrence (“Silverado”, “Wyatt Earp”) recién llega a nuestros cines con su quinto largometraje, pese a que algunos títulos anteriores tuvieron cierto éxito en los Estados Unidos. Y lo hace con “Malas enseñanzas” (“Bad Teacher”), merced seguramente al atractivo que despierta en el público Cameron Diaz, su actriz (y personaje) principal.

Acostumbrados, casi diríamos resignados, a ver tanta comedia “boba” norteamericana, la que ahora nos ocupa nos sorprende gratamente sin por ello alcanzar a ser una muestra de visión imprescindible. Pero al menos puede ser una razonable opción para pasar un momento disfrutable.

Elizabeth (Diaz) es una atractiva maestra secundaria que está a punto de casarse con un hombre por su dinero, por lo que abandona el colegio. Pero no llegará a buen puerto su determinación, al interponerse en sus planes una futura suegra, que no llegará a serlo. Abandonada por el rico ex pretendiente volverá al establecimiento de enseñanza y se topará con sus compañeros de enseñanza. La “fauna” que puebla a la escuela es una de los aciertos del film, con algunas interpretaciones destacables.

Amy es una profesora que compite con Elizabeth en la búsqueda de pareja así como en ganar el premio que se otorga anualmente al mejor docente. Lucy Punch, que la interpreta, ya había sido una revelación en “Conocerás al hombre de tus sueños”, la penúltima película de Woody Allen. Pero aquí su figura se agiganta al tener que enfrentar en duelo actoral a la muy efectiva Cameron Diaz. Lástima que el popular Justin Timberlake, que aquí compone a un profesor suplente poco brillante, no esté a la altura de las dos actrices, que en la ficción compiten por él. Hay aún otros dos personajes relevantes, uno es un profesor de educación física (Jason Segel) siendo la otra la clásica “gorda”, algo tímida y glotona, que muy bien caracteriza Phyllis Smith.

Una de las obsesiones de Elizabeth es una costosa operación para aumentar el tamaño de sus pechos. Y para juntar los diez mil dólares necesarios no vacilará en aprovechar cuanta oportunidad se le presente. Ello genera algunos de los momentos más divertidos de “Malas enseñanzas”. Pero también habrá otros menos logrados y cercanos al mal gusto donde Kasdan, imitando a tantos de sus colegas, apelará a imágenes escatológicas o baratas de sexo.

Lo notable es como el director, que va alternando entre momentos brillantes y otras escenas remanidas, logra en el balance salir airoso. A ello contribuyen sin duda las ya señaladas buenas interpretaciones con algún que otro “cameo” (David Paymer) y un conjunto de jóvenes actores en el papel de los alumnos, de los que seguramente surgirá alguna nueva estrella.