Malas enseñanzas

Crítica de Diego Lerer - Clarín

Una maestra muy particular

Cameron Diaz protagoniza esta ácida comedia de Jake Kasdan.

Intentar construir una comedia zarpada alrededor de Cameron Diaz puede parecer una idea algo absurda a esta altura. Hay comediantes más cercanas al tono de humor, por momentos muy ácido, que plantea esta comedia de Jake Kasdan, a las que seguramente las bestialidades que salen de la boca de la bonita Diaz les serían más naturales. Pero también es cierto que, de no estar Cameron –con su mezcla de picardía e inocencia- el personaje que interpreta sería demasiado detestable como para interesarnos por su suerte.

Es que, de hecho, Elizabeth lo es. Una ex maestra que está por casarse con un hombre que no soporta sólo por dinero -para ser una mantenida el resto de su vida- debe volver a dar clases cuando el tipo se da cuenta y la deja poco antes de la boda. Y Elizabeth vuelve, a regañadientes, más preocupada en “ponerse tetas” para poder competir en el mercado de solteros con chicas más jóvenes y pulposas, que por enseñar algo a sus alumnos. Y una de las formas en las que trata de conseguir plata es, directamente, robándosela a los chicos de todas las maneras imaginables.

Esto recién empieza: como educadora, su concepto de “dar clase” consiste en tirarse patas para arriba en el escritorio, poner una película tipo Mentes peligrosas y tratar de sacarse de encima la resaca de la noche anterior. De a poco, Elizabeth empezará a relacionarse con Russell (Jason Segel), un profesor de gimnasia que se da cuenta del plan de la chica y comparte cierto cinismo respecto al comportamiento algo ridículo de algunos profesores excesivamente entusiastas, como Amy (Lucy Punch).

Y la aparición de Scott (Justin Timberlake), un maestro suplente que parece venir de una familia de dinero, llevará a Elizabeth a pensarlo como su próxima víctima. Pero el particular maestrito parece más cerca al espíritu “animador de fiestas infantiles” de Amy que a sus propuestas más encaradoras.

Malas enseñanzas tiene momentos brillantes y muy divertidos, gracias a un trío como Diaz, Punch y Segel (Timberlake está algo desdibujado con un papel de “maestrito pavo”) que le sacan jugo a cada escena y a cada ironía escrita por el equipo de guionistas responsable de The Office . Algunos términos que usa Díaz en clase podrán perder efectividad en la traducción, pero son literalmente impublicables en cualquier idioma, y más aún dichos a una clase de niños que pintan bastante inocentones.

Malas enseñanzas podría verse como una versión femenina de películas como Escuela de rock o Un Santa no tan santo . Y el recorrido que hace la película y el personaje es similar al de los protagonistas de ambas. Si aquí no termina de funcionar tan bien como esas dos es porque, más allá de los gags específicos (verbales y/o visuales), la trama en sí (el triángulo/cuarteto romántico, la obsesión de Diaz por ponerse siliconas) no se sostiene demasiado por fuera de los gags en cuestión. Cuando la película intenta cambiar de tono o entrar en ciertos desarrollos narrativos, uno se queda esperando un nuevo chiste, un nuevo remate demoledor, un nuevo cuchillazo.

Si hay comedias que son adaptables a sitcoms televisivas, Malas enseñanzas es una candidata firme. A la manera de la propia The Office, Community o Curb Your Enthusiasm , nos presenta personajes al borde de lo intolerable, pero que no podemos dejar de mirar. Ni de querer.