Malas enseñanzas

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

¿Sin tetas no hay Paraíso?

Una atractiva y cruel maestra de escuela secundaria dispuesta a todo para seducir a quien corresponda, para ganar como sea un adicional a su magro sueldo, para hacer trampa, seducir y/o engañar a funcionarios y colegas, y finalmente conseguir el dinero para ponerse tetas siliconadas. Así es el personaje de Elizabeth Halsey que Cameron Diaz interpreta con su habitual desparpajo en este film de Jake Kasdan (hijo de Lawrence), una suerte de Billy Bob Thornton femenino en comedias negras como Un santa no tan santo o Los osos de la mala suerte.

La película -una explotación de estereotipos y arquetipos- tiene unos cuantos flancos débiles para ser atacada: su escasísima sutileza (nunca sabe cuándo dejar de ser cruda y cuando baja un poco la guardia se pone concesiva y convencional), sus inevitables chistes escatológicos, el escaso interés que despierta el triángulo romántico que "justifica" la historia, pero también es cierto que tiene una significativa cantidad de buenos gags (ideas, one-liners), que se permite introducir elementos como la marihuana, el alcohol, la delación o la incorrección política en el ámbito escolar y que tiene un buen elenco en el que no sólo se luce Cameron sino también la británica -redescubierta por Woody Allen- Lucy Punch (como la maestra rival), la gran Phyllis Smith (como la compañera de trabajo bienintencionada y miedosa) y, por momentos, hasta Justin Timberlake (como un profesor suplente de familia millonaria), que entrega una desopilante canción romántica titulada Simpatico.

Como ocurre casi siempre con la NCA (Nueva Comedia Americana) hay bastantes momentos de relleno, chistes pifiados, arbitrariedades y clisés que se reiteran una y otra vez. No será la de Loco por Mary, pero Cameron Diaz se carga la película al hombro y termina con un aprobado. Las críticas han sido despiadadas con el film, pero creo que hay no pocos méritos en su hora y media. La verdad es que, aún sin grandes entusiasmos, la pasé bastante bien. No es poca cosa en estos tiempos de fórmulas, sagas y productos codificados.