Malas enseñanzas

Crítica de Alexander Brielga - Cine & Medios

Una maestra!

Elizabeth está a punto de casarse y por ello abandona su trabajo como maestra. Una vida de lujo le espera, pero lo peor está por pasarle: su novio la abandona al darse cuenta que ella sólo lo quiere por su dinero.
A la bella Liz no le queda otra que volver a la escuela que tres meses antes había dejado sin mirar atrás, como huyendo de la miseria. Ahora debe convivir con perdedores que pronto se volverán queribles y hasta necesarios para ella. Trepadora, inescrupulosa, sinvergüenza, sobradora e inmoral, Elizabeth tiene un sola cosa en mente: colocarse siliconas en las tetas. Los métodos a los que echará mano para conseguirlo hacen al chiste de la película, por ende no lo contaremos. Sólo agregaremos que Elizabeth no tiene idea sobre cómo tratar a los niños de su grado y tampoco le importa. Pero otra maestra la vigila y no tarda en sacarle la ficha, claro que no le será fácil culparla.
"Malas Enseñanzas" es una buena comedia, efectiva, con chistes eficaces -apenas escatológica si lo comparamos con el humor promedio que viene de los EE.UU. ultimamente- y que tiene en Cameron Diaz a su mejor elemento. La rubia está a punto de cumplir los cuarenta y aprendió a reirse de sí misma, sacar provecho de lo que tiene y aprovechar lo que la cinematografía puede hacer con ello. Se saca chispas con su contrafigura, la británica Lucy Punch, a quien vimos este año en el rol de la prostituta que acompaña a Anthony Hopkins en "Conocerás al Hombre de tus Sueños" de Woody Allen. Punch se luce como la inosportable maestra dedicada a intentar desenmascarar a Elizabeth, y en ese intento caer en las trampas de la rubia. En un rol secundario, Jason Segel aporta equilibrio y evita que el filme caiga en la desmesura.
El director maneja correctamente el timing de esta comedia que no es nada del otro mundo, pero que consigue lo que se propone: entretener y hacer reir, un rato.