Magic Mike

Crítica de Marisa Cariolo - CineFreaks

El músculo no duerme y el guión descansa

La vida del musculoso Channing Tatum bien podría haber sido una película pochoclera de superación: nacido de padres obreros, sin ninguna formación artística , logró abrirse paso en la vida y en la industria del cine gracias a sus dotes físicos y aptitudes para el baile. Sus primeros pasos fueron dados en la ciudad de Tampa en un club de strippers donde su notable atractivo le sirvió para catapultarse a un nicho de mercado bastante limitado: el de los hombres musculosos con cualidades para el baile.

Tal vez este marco de situación haya sido el impulsor que motivó a Channing Tatum a embarcarse en el proyecto de plasmar la vida de un joven stripper y como en muchos casos este trabajo es sólo un medio para conseguir el verdadero “american dream“. Así fue como encargó a Reid Carolin la realización del guión que recopilara el espíritu de sus vivencias adolescentes.

Si a eso le sumamos la dirección de Steven Soderbergh y un elenco estelar, encabezado por Matthew McConaughey, Joey Maganiello (el atractivo hombre lobo de la serie True Blood) Matt Bomer (protagonista de la serie White Collar) el combo parecía ser explosivo para la platea femenina, amante de las historias pasatistas, sazonadas con cuerpos esculturales masculinos. Pero sin embargo Magic Mike no logra interesar a la audiencia ni aún a fuerza de pectorales marcados y abdominales salidos de algún infomercial de televisión.

La historia es por demás clásica y responde a todos los tópicos que estamos acostumbrados para este tipo de films: joven ambicioso (Channing Tatum) quien trabaja en un club nocturno con la secreta pero férrea fantasía de por este medio llegar a cumplir su meta en la vida. Menospreciado por su familia, poco a poco va cediendo frente a las tentaciones que el medio le propone y comenzando a dudar sobre la factibilidad de sus proyectos personales.

Pero el amor, encarnado en la hermana de uno de sus eventuales colegas coreográficos, llega justo a tiempo para lograr la reconexión con la meta tan ansiada.

Más allá de todos los lugares comunes existentes (que no son obstáculos para narrar una buena historia cuando están bien desarrollados) el film carece de ritmo y ni siquiera los bien montados cuadros musicales logran despabilar al espectador. Soderbergh bajo la utilización del seudónimo de Peter Andrews se ocupa de dejar su impronta en la fotografía, utilizada con un abuso de los tonos sepias en las escenas exteriores y montajes atrevidos.

El film se queda a medio camino sin explorar demasiado ni los conflictos de sus protagonistas ni la sordidez del mundo nocturno en el que se mueven. Sin embargo, las actuaciones sólidas y los cuadros musicales están excelentemente filmados.

Magic Mike sería algo así como un stripper que no termina de desnudarse del todo, pero que sin embargo lo que muestra no deja de ser interesante y estéticamente bello a los ojos femeninos.