Maestras del engaño

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Nueva versión de un clásico de la comedia americana, "Maestras del engaño", de Chris Addison, sólo se supera si no se espera el mensaje prometido. Tiempos de feminismo. Empoderar a la mujer y reubicarla frente al sexo opuesto.
También es tiempo de revisar géneros y posicionarlos bajo la nueva coyuntura. En este sentido, la comedia es el género que más está siendo revisado. Quizás porque ideológicamente siempre fue el género que más se asoció a las mujeres.
Banales, divertidas, soleadas, alegres, ligeras, así deben ser las mujeres. A los remakes parece que también les llega la hora. Esta parece ser la única excusa para un estreno como el de Maestras del engaño, revisar y reversionar un clásico de la comedia, que bajo el prisma actual, podría considerarse bastante machista.
Piensen si hoy en día quisieran hacer remakes de las películas de Olmedo y Porcel, o de la saga "Bañeros"/"Brigada Zeta" (no me refiero a las secuelas iguales conceptualmente a las originales).
Algo así es la disyuntiva con la que se encontró la gente de "Maestras del engaño" ¿cómo encararlo? Esta película es remake de "Dirty Rooten Scoundrels", conocida acá como "Dos pícaros sinvergüenzas"; que a su vez es remake de "Bedtime Stories" o "Dos seductores".
En ambas se presenta a dos hombres, bon vivants, que se aprovechan de incautas mujeres con dinero que son estafadas mediante graciosos juegos de seducción. Todo para que al final se de vuelta la tortilla, pero igual el mensaje ya fue dado.
"Maestras del engaño", cambios más, cambios menos, cuenta lo mismo, pero cambiando los sexos. Ese sería todo su feminismo. Algo similar a lo que ya hizo "Heartbreakers" o "Las estafadoras" en 2001 sin ser un remake.
La historia es bien sencilla, dos mujeres de clase social diferente, se conocen accidentalmente durante un viaje. Ambas son estafadoras, pero bastante distintas entre sí. Penny es brusca, torpe, de pocos modales, casi una principiante, y de clase baja.
Josephine es astuta, refinada, culta, elegante, y de clase alta. Una es Rebel Wilson y la otra es Anne Hathaway, adivinen cuál es cuál. A ninguna de las dos les va particularmente mal, pero se dan cuenta que juntas podrían hacer mucho más, por lo cual deciden unir fuerzas para una estafa que dará lugar en el Sur de Francia.
Por supuesto, antes Josephine deberá enseñarle algunas técnicas a Penny. Habrá algunas vueltas más, todas bastante previsibles y de manual, hayan o no visto las películas antes mencionadas.
¿Cuál es el problema con "Maestras del engaño"? Precisamente, que cae presa de su propio truco. La idea es reversionar la historia otrora machista y hacerla feminista. De hecho, su título original era Nasty Womens, en referencia a una frase utilizada por Donald Trump para denostar a Hillary Clinton, con toda su sabida misoginia. Pero por algo se le cambió el título.
En un mínimo análisis, veremos que la historia presenta a dos mujeres que se creen superadas y por encima del hombre, pero cuya mayor aspiración es vivir de ellos. Remarca valores bien diferentes entre las clases sociales, habla de compañerismo/sororidad, pero plantea una suerte de subordinación – ya sabemos de quién hacia quién –.
Lo más grosero, es que la mayoría de los chistes provienen del físico y la forma de ser chabacana de Wilson, ponderando una supuesta feminidad de preconcepto patriarcal. Por lo cual, pareciera que su postura feminista de cambiar roles masculinos por femeninos, no fue tan astuta.
¿Me estoy poniendo demasiado analítico ideológico con una comedia de puro entretenimiento?
Maestras del engaño presenta problemas de guion, personajes algo planos con una química que no funciona del todo bien porque la misma historia no hace más que remarcarle sus diferencias, y repito, un humor que rara vez funciona por poco efectivo y porque ya lo vimos cansadas veces. Rebel Wilson suele ubicarse en este tipo de películas.
Posee talento para la comedia, pero los roles que le dan (casi) siempre son el de la mujer “poco femenina” que causa gracia por lo “poco femenina” que es, y por su rollizo aspecto físico. El mismo problema lo tuvo en "How to be a Sinlge", postura femenina para hacer recae el humor en su forma de ser tan anti femenina.
Parecía recuperarse con la chispeante "Isn’t it Romantic" que sí lograba mantener sus postulados, pero vuelve a caer. Aunque la mayoría del humor recae en la australiana. Hathaway tiene su cuota de encanto… y también sus cliches de cómo debe ser una mujer.
Ambas actrices tienen talentos, pero reman en terreno difícil. El operaprimista Chris Addison le otorga ritmo a la historia y sobrecarga la escena con una puesta entre chic, elegante y pop. Maestras del engaño no aburre, pero tampoco entusiasma del todo.
Eso sí, Addison no es Frank Oz o Ralph Levy, dos expertos en comedia que manejaron las anteriores versiones con mano maestra. Addison cumple, como pudo cumplir cualquier otro. Quizás a una mirada más vacía, en busca de ver un producto que no se esfuerce en cambiar conceptos, y se contente con repetir viejas fórmulas tradicionales le funciona, y salga satisfecho; aunque eso no sea lo que hayan prometido.