¡Madre!

Crítica de Diego Alvarez - Cuatro Bastardos

¡Madre!: Bendita Tú Eres…
Qué difícil hablar de una majestuosidad como lo es el último film de Darren Aronofsky sin caer en el spoiler. Por esto, la primera parte de esta review será spoilers free y la segunda, un análisis más profundo que develará parte de la trama. No se preocupen, avisaré.

Un extraño llama a la puerta (1ra parte Spoilers free)

Un matrimonio compuesto por Jennifer Lawrence (Ella) y Javier Bardem (Él) viven en una casa de campo, alejados de todo bullicio mundano. Él es un poeta falto de inspiración que busca en la tranquilidad de su nuevo hogar (ya que la misma casa sufrió un incendio pero Ella se encargó de ir reconstruyéndola) la musa que lo lleve a ese nuevo gran éxito editorial que logró antaño. Ella, sin entretanto, es una ama de casa abnegada, tranquila, de modales dulces que apoya a su marido incondicionalmente.
De repente, la tranquilidad del hogar se ve interrumpida por la visita de un extraño (Ed Harris) quien dice estar “de paso” y pensó que la casa era una posada (poco después se declara fanático del poeta, y que está en sus últimos días de vida, por eso el afán de conocerlo). Él ve al extraño como un aire fresco en el hogar y se interesa en sus historias como médico, dejando poco a poco de lado a Ella, quien es espectadora de una relación que va quebrándose de a poco. Un día después de la llegada del extraño (y que ya está instalado en el hogar gracias a la hospitalidad de Él) llega su esposa (Michelle Pfeiffer), una mujer madura que viene a completar el caos psicológico en el que Ella va sumergiéndose poco a poco.
Ella y la casa, van teniendo una transformación drástica a medida que se suceden cada vez más extraños sucesos en el hogar: extraños pasan como si fuese su propia morada, van y vienen sin que Él haga nada al respecto. Sin embargo, Ella logra quedar embarazada, un hecho que hace que a Él le llegue la inspiración deseada. Como consecuencia logra escribir su obra magna, algo tan perfecto que emociona. Pero lo que en principio parecía la entrada al Paraíso, se va transformando cada vez más en Infierno en vida para Ella, una espectadora que sufre lo inimaginable, y nosotros con ella.

¡Oh Madre, ¿por qué me has abandonado?! (2da parte CONTIENE SPOILERS)

"La religión tiene por padre a la Miseria y por madre a la Imaginación"- Ludwig Feuerbach.

Antes de comenzar este análisis, quiero advertir que es una apreciación personal y está sujeta a debate, además que puede haber algún que otro tema que me quede sin analizar. Voy a tratar de ser lo más sintético, pero tratando de abarcar la nueva obra de Aronofsky.
¡Madre!, ante todo, es un film religioso. O más bien dicho, sobre la religión y su decadencia y trasfondo humano. Él (Javier Bardem) es Dios. Pero además de ser un Dios falto de ideas, de inspiración, es una entidad que lo mantienen sus “fanáticos”: los primeros, Adán y Eva (Ed Harris y Michelle Pfeiffer), el matrimonio que fue expulsado y vuelve en busca del Padre Creador; que al fin y al cabo nunca conocieron, pero en sus últimos días desean hacerlo. Claro que hay lugar para la batalla de Caín y Abel (Brian y Domhnall Gleeson), siempre en la casa del poeta. este hecho desencadena el sufrimiento de la entidad más importante en esta historia: Ella (Jennifer Lawrence), la Madre Tierra. La que sostiene el hogar antes incendiado. La que sufre porque su marido la deja de lado por la admiración perdida que ahora es nuevamente recobrada, pero abordada por la horda de seres humanos que no entienden que a Él solo le damos entidad nosotros. El ser humano crea al Dios, y no al revés (vital es la foto de Él como estampita, primero impoluta y luego rota y burlada con cuernos dibujados, clara alusión a como las personas demonizamos y endiosamos entidades irreales).
La genialidad de Darren Aronofsky es mostrarnos una Madre Tierra que sufre los ataques y el fanatismo religioso en su máxima expresión: algunas veces Ella existe como musa inspiradora, pero al momento se la olvida, y hasta se la maltrata, culpándola de nuestros males, vejándola, brutalizándola a golpes, tratándola de “puta”. Nos olvidamos que LA MUJER es la creadora de vida, y aún así, y ante la pasividad, junto a la egolatría ciega de Él, el hijo de ambos, EL VERDADERO Y ÚNICO HIJO DE AMBOS, es expuesto por Él ante la muchedumbre, fervorizada que termina masacrándolo (un bebé recién nacido, muy fuerte) y comiendo sus partes, al mismo tiempo que se arrepiente de haberlo hecho.
Ella finalmente desciende al sótano (el descenso a los Infiernos personales) y vuelve a incendiar la casa, luego que la locura se apropió del hogar en forma de guerras, adulterio y demás nefastos pecados terrenales. Cuando lo que queda del hogar son solo ruinas, la única forma de volver a empezar es el fuego purificador, y solo nuestra Madre sabe que lo mejor es sacrificar su vida, aún en pos de que Él siga viviendo y legando sus escritos, que serán por momentos olvidados, otras veces recordados, pero nunca puestos en práctica.
¡Madre! es una obra de arte que no dejará indiferente a ningún espectador. Sean religiosos, ateos, agnósticos, etc., es un film que seguramente quedará para más de un visionado y mucho análisis posterior. Otra obra maestra de Darren Aronofsky.