Madagascar 3: Los fugitivos

Crítica de Andrea Villa - EscribiendoCine

Animaladas en Europa

La historia de los animales más queridos del zoológico vuelve en esta tercera entrega de la serie, Madagascar 3: Los Fugitivos (Madagascar 3: Europe's Most Wanted, 2012) con nuevos personajes y esta vez con la ya dominante tecnología 3D para teñir de pura diversión una fuga arriesgada que arranca en África.

En esta oportunidad, Alex el león, Marty la cebra, Melman la jirafa y Gloria la hipopótamo tratan de volver al zoológico de Central Park de ‘La Gran Manzana’ con un circo ambulante que va recorriendo ciudades de Europa, como Roma y Londres, durante una trama que, con música, baile, gags, y comentarios de los protagonistas, entretiene a cada instante. En definitiva, el hilo argumental de esta película es dinámico, no decae en ningún momento.

Sin embargo, la travesía de estos famosos animales neoyorquinos será interrumpida esporádicamente al dejar África. Cuando deciden ir al Casino de Monte Carlo para encontrar a los pingüinos y así “volver a casa”, comienzan a ser perseguidos por una funcionaria de Control de animales- experta en la materia desde hace veinte años-: Madame Chantel Dubois.

Este obstinado personaje de Monte Carlo –al que los directores reconocieron una inspiración en Marlene Dietrich- logra captar la atención del público y enriquecer el conflicto de la historia puesto que, con un rostro de gestos malignos, su acento francés, un olfato único y una destreza increíble, parece no estar dispuesta a parar hasta conseguir la cabeza de Alex y colgarla en su pared.

Las escenas de comicidad desbordan con esta enemiga que por momentos representa una parodia de la trilogía de Matrix. Cuando uno ve a esta agente de control de animales con su deseo de capturar al león, recuerda al agente Smith persiguiendo a Neo. Los efectos de las luchas marciales de las películas de los hermanos Wachowski, que cambiaron el cine de acción, aparecen aquí encarnados en la agente Dubois, sobre todo durante la escena en la cima del Hotel Ambassador de Mónaco; pero esta vez para imprimirle humor a la persecución.

La música -a cargo del talentoso Hans Zimmer, conocido por la banda sonora de Gladiador (Gladiator, 2000), Batman Inicia (Batman begins, 2005) y Batman: el caballero de la noche (The Dark Knight, 2008)– se configura como la herramienta perfecta para acompañar el relato.

En este sentido, se destaca un momento romántico durante la trama con el tema de Andrea Bocelli, Con te partiró y también el homenaje a Edith Piaf en una nueva versión del clásico Non, Je ne regrette rien, interpretado por la policía francesa Dubois para recomponer a los policías que habían quedado maltrechos tras una misión fallida. Dos de las escenas más divertidas del largometraje.

“El circo nos da libertad” es una de las frases que se escucha entre estos animales y quizás sea la que refleja la única inconsistencia del argumento. Lo único que Alex, Marty, Melman y Gloria desean es dejar África para volver al zoo, mientras que en la vida real la elección seguramente sería la opuesta. La magia del cine todo lo hace posible.