Machete kills

Crítica de Germán Morales - Proyector Fantasma

Reinventar el machete no tiene sentido si no corta la maleza

Cuando tenés muchas expectativas sobre algo, suele defraudar. Es algo que se aplica a esta segunda entrega de Machete, sin dudas. El hecho que haya sido el fracaso comercial más grande de la carrera de Robert Rodríguez es algo que no entra en este análisis, el criterio de las salas nos excede, pero es un dato que se agrega a este caso. ¿Por qué? Porque había muchas expectativas y porque generó una especie de culto entre los que la vimos. Bueh, no fue para tanto. Pero el personaje de Machete en la primera sorprendió y nos dejó con ganas de más.

¿Qué es Machete 2? Es como una persona que se emociona con un chiste y lo repite, lo repite, lo repite; la segunda vez sigue haciendo gracia, la tercera te reís de compromiso, y la cuarta ya lo empezás a odiar. Me generó la misma sensación que Crank 2, el chiste de la primera parte no tuvo más ruedo para la segunda.

Machete es un gag constante que pierde efectividad, pero sin dudas, el principal problema fue su argumento. Machete es Machete, darle una personalidad al agente secreto del servicio de inteligencia, no va con él, o podría ir, pero se quedó corta. En realidad, lo que menos hay que pedirle a Machete es verosimilitud, es donde se hizo fuerte la primera entrega y donde falla en la segunda, ya sabemos que Machete es indestructible, se exageró demasiado en eso.
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Hablemos de la película, casi que comienza anticipando el final sin saberlo, un pequeño trailer simpático de Machete en el espacio que se transforma en lo más gracioso de la película.

A pesar de no habernos dejado conformes, el delirio de la entrega sigue firme a la orden del día. Una reina de belleza que engancha con Machete para evitar una catástrofe y ambos se involucraran con el presidente de los Estados Unidos para salvar a Washington y el mundo. Una madame de cabaret con una metralleta en sus tetas, un personaje que se cambia de caras como de remera, y un narco/revolucionario con dos personalidades que aparecen imprevistamente.
Hubo personajes sin sentido que podrían haber aportado más al argumento y otros cuyo conflicto se disolvió sin darnos cuenta. Parte del fracaso estuvo en que la trama fue un poco tirada de los pelos e inclusive los pequeños gags no fueron tan graciosos, por eso la película falló.

La aparición de las celebridades fue lo que más aportó a Machete, Mel Gibson, el malo de la película, tiene un rol genial; después, las pequeñas participaciones de Cuba Gooding Jr., Lady Gaga y Antonio Banderas, suman, pero se quedan a mitad de camino. Aunque Carlos Estevez (Charlie Sheen), como presidente de los EE.UU. le brindo un gran rol, después de tantas apariciones ocasionales, viendo la película uno se pregunta, “bueno, a donde va todo esto?”.
Antes de terminar, quiero hacer una salvedad. No es que critiquemos a Machete por falta de credibilidad en las escenas o por sus tomas delirantes, entendemos que es parte de su esencia, pero en mi opinión, un poco más de verosimilitud en las escenas no hubiese estado mal. Si alguno prefiere una película con continuidad bien marcada, tomas creíbles, un argumento serio y menos pochoclera, que vaya a ver Corazón de León (?).

A pesar de todo, le tenemos cariño a Machete por su primera parte, y le daremos una oportunidad a la tercera, no me sucede lo mismo con Crank 3, por ejemplo. El personaje no está agotado para nada y tiene potencial de brindar buenas cosas, no sé si en el espacio sea la mejor forma de volver, espero que Robert Rodríguez tenga en cuenta sus errores y sepa brindar una historia mejor.