M3gan

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Desde hace un par de años todas las reseñas sobre cine de terror que escribo empiezo diciendo que estos son buenos años para el cine de terror. Luego de no recuerdo cuanto tiempo el género tuvo títulos o mediocres o insufribles, algo cambió y se multiplicaron las películas interesantes, las buenas, las ambiciosas y algunas con destino de clásico. M3gan se suma a esa lista, porque aún sin ser de las mejores, tiene suficiente interés y elementos logrados que en años atrás la hubieran hecho destacarse aún más. En este pequeño esplendor del cine de terror, M3gan viene a ocupar el lugar de inicio de franquicia muy taquillera que consigue tener estilo propio y renovar caminos muy conocidos.

El primer acierto -y tal vez el más importante- es reconocer que su ridiculez es insalvable. Si hubiera querido disimularla, todo hubiera fracasado, pero la película elige abrazarla con orgullo y gana la batalla que decide el resultado final. Prefiere renunciar al terror y la truculencia para ganar en humor y diversión, algo que no todos los títulos pueden o deben hacer, pero que aquí es la clave. Sí, hay terror, pero no en un sentido atemorizante. Tiene sobresaltos, algo de angustia, aunque nadie podría decir que tendrá pesadillas con esta película o que tendrá miedo de apagar la luz luego de verla. De hecho M3gan, por su tema, es una película más diurna que nocturna, ya que la protagonista es un robot con forma de muñeca que interactúa con una niña.

M3gan no es una comedia, pero tiene el trofeo difícil de alcanzar de ser graciosa a propósito pero sin hacer gags. Ese humor de los films excesivos, inverosímiles, que se desatan con disimulo pero con un guión evidente hacia los espectadores. Los espectadores no deberían sentirse sorprendidos si se ríen en varias escenas. El exceso vulgar de algunos momentos tienen como intención final crear una fina parodia e incluso una reflexión crítica acerca de la tecnología, la educación, la maternidad y la infancia. Sin profundizar en nada, más bien comentando esos tópicos con situaciones extremadamente ridículas. Todo esto dicho como elogio, aunque jugar al borde siempre tiene sus momentos menos logrados.

La niña huérfana que da comienzo a la trama es Cady (Violet McGraw) quien con nueve años pierde a sus padres en un accidente automovilístico. La única pariente que puede cuidarla es su tía Gemma (Allison Williams) una mujer brillante e independiente, que tiene juguetes en su casa pero como adornos y no para usarlos, que es una persona que no quiere madurar y por supuesto no tiene interés alguno en cuidar a una niña siendo ella todavía una persona que no se considera adulta. Gemma es experta en robótica y diseñadora de juguetes. Trabaja en el más visionario de los proyectos, pero lo hace a escondidas, porque no quiere que nadie intervenga o la detenga. Se trata de un proyecto de inteligencia artificial aplicada a una muñeca llamada M3GAN (Model 3 Generative Android) cuyo tamaño real y su perfección estética es tan asombrosa como perturbadora. Gemma, quien ha sacado la moral de la ecuación a la hora de crear a su muñeca, conecta a M3gan con Cady. Inicialmente el triunfo es total, Gemma parece triunfar en lo profesional al mismo tiempo que se lava las manos en cuanto a su responsabilidad de cuidar a su sobrina. Todos ganan, la niña tiene su máquina cuidadora, amiga y compañera y Gemma el máximo triunfo de su vida. Todos conocemos de memoria al género, desde Frankenstein en adelante, estas creaciones pueden tener una consecuencia indeseable.

M3gan podría haber sido una película sangrienta y violenta, un film de terror demoledor. Pero como ese puesto ya lo ocupan muchos títulos recientes, los creadores de este film decidieron ir en dirección contraria. Volvieron a filmar las escenas más violentas, borraron casi toda la sangre y buscaron, por encima de todo, que la película sea divertida. Los fans del gore se quedan sin su fiesta, pero un público más masivo podrá divertirse, reírse y jugar con esta historia desaforada, llena de momentos de provocador humor sin comedia, con momentos realmente graciosos. Así como el espectador se ríe para aliviar la angustia en los films más duros, acá no le quedará otra que reírse con la ambigüedad de esta muñeca maldita que ocupa el lugar de los adultos ausentes que no pueden o no quieren cuidar a una niña. Con esos ingredientes M3gan encuentra su lugar en el mundo y pasa por todos los lugares comunes sin pretender ser otra cosa. Sin problemas podríamos afirmar que esta es la primera de muchas apariciones del personaje en la pantalla grande.