Luz de luna

Crítica de Jose Luis De Lorenzo - A Sala Llena

Blackboyhood

Moonlight (2016) es un film constituido por tres segmentos temporales dentro de la vida de un joven afroamericano, en los que el propio director (Jenkins) suma vivencias propias fundidas con la base autobiográfica de la obra del autor, McCraney.

La película retrata la vida de Little. Primero, parte de su niñez, regida por una disfunción familiar causada por la ausencia de un padre y la ¿presencia? de una madre adicta al crack. En una de sus escapadas, encuentra refugio en la casa de un extraño vendedor de drogas. Al empatizar con él, lo asiste amablemente.

Por medio de una placa que determina un corte, accedemos a una nueva etapa sobre Little, ahora con nombre propio (Chiron), de la que poco intuimos, y tras la que ha transcurrido una equis cantidad de años. A modo de Boyhood (2014), pero sin la osadía de contar con un mismo actor protagónico, se va conformando el perfil personal de un ya adolescente frente al recuerdo de su conflictiva infancia. Y en esta nueva etapa se suman secuelas de bullying escolar, maltrato físico y psicológico, junto a un comienzo de determinación de inclinación sexual. La vida de Chiron se rige por la ausencia de cariño, su imposibilidad para socializar y la pérdida de la imagen paternal suplente que lo marcó en el primer segmento.

Nueva placa y segmento, con un Chirón ya adulto -de quien tardamos unos segundos en reconocer por su estado físico y temporalidad- se parte hacia otras características del personaje en esta etapa; una muestra del resultado de las dos variables anteriores, y a partir de las que se va cerrando la personalidad y las cicatrices del pasado. Aquí es cuando Jenkins engloba axiomas de los que no deja en claro su posición acerca de cierta resolución, ni por qué en el film -situado en la ciudad de Miami- no aparece una sola persona caucásica, o hasta el atisbo de si una elección sexual está apoyada erróneamente en una incapacidad.

La segmentación como estructura narrativa en el film es prolija, simétrica, y eso establece una coherencia tal que nos da pase libre para entrar de lleno en el recorrido que propone Moonlight. Sin incluir golpes bajos en semejante historia, el film se perfila para ser uno de los más importantes en lo que atañe a este año.