Luna Nueva

Crítica de Javier Pez - CbaNoticias

La primera película de la saga (Crepúsculo) había dejado en la mayoría de las personas, un gustito dulce, y con ganas de ver esta segunda parte. Dejando de lado toda la parafernalia rosa que gira en torno a los protagonistas, la saga tiene algunas cosas interesantes, las cuales pensé que se iban a explotar más en esta segunda entrega. Pero no fue así.

Luna Nueva es una película aburrida. Es un producto para teens, enamoradas del sexy vampirito Edward Cullen (Robert Pattinson), que solo quieren verlo mostrar sus abdominales o caminando en cámara lenta.

En lo que refiere a la trama, la película no ofrece nada nuevo y se podría decir que básicamente es la premisa de la primera parte con algunos agregados y menos onda. Bella (Kristen Stewart) es abandonada por Edward, ya que no es seguro, para la vida de ella, que ellos sigan juntos. Desde ese momento y por el transcurso de una hora, Robert Pattinson desaparece de la película, así que las adolescentes que van al cine sólo para saciar su sed y ver al nuevo carilindo Holliwodense, se desilusionarán un poco. Para compensar esto, la saga les muestra al otro enamorado de Bella, el morochón devenido en hombre lobo, Jacob (Taylor Lautner), con el cual se sucederán un sinfín de idas y vueltas amorosas. Vale la pena aclarar que Bella histeriquea (y mucho) al pobre Jacob.

Con respecto a la realización, la sensación es ambigua. Se nota una mejora realizativa en cuanto a como se filmó, ya que es un poco más arriesgada, la cámara no está tan anclada y se encuentra algunas cosas interesantes. Pero también se observan algunas decisiones muy flojas, dignas de un estudiante de cine que empobrecen mucho el producto.

El film es lento, pero no solo su ritmo narrativo, sino todo el conjunto. Los personajes caminan despacito, hablan parsimoniosamente (la mayoría de las veces diciendo cosas sin sentido) y casi todo el tiempo están mirando al horizonte, esto es algo que yo no me explico. Supongo que quisieron darle un toque de misticismo y romance a los diálogos, pero los personajes no se miran a la cara, siempre tienen la vista perdida en cualquier parte, dicen sus líneas como cuando la mamá de un nene lo obliga que abrace a la abuela y este lo hace de mala gana.

Hablando de las actuaciones, no descubro América si digo que Robert Pattinson es de madera balsa, pero por suerte (y este es otro acierto del director) no se nota tanto. Kristen Stewart es buena actriz, pero al parecer se contagió del resto y para hacer juego con sus compañeros está media dura. La sorpresa es Taylor Lautner, que está muy bien y, para los que tienen buena memoria, ya había trabajado de niño con Robert Rodriguez en Las Aventuras del Niño Tiburón y la Niña de Fuego.

Por partes, el film me hizo acordar a algunos pasajes de la reciente película de “terror” Diabólica Tentación, donde los temas musicales de la banda de sonido están muy fuertes, tratando de imprimirle sentimientos a una imagen que carece totalmente de ellos, asemejándose a un video clip gigante.

En síntesis, una película totalmente inconexa, es como si el libro les hubiera quedado largo y quisieron meter pedacitos de todos los capítulos, haciéndose larga y teniendo muchas partes de más. Ya que, si vamos al grano, es un cuento de amor con lobos y vampiros muy simplón que se cuenta en un horita. Está más que claro que los fanáticos de la saga, van a salir chochos y esperarán ansiosos la tercer parte, donde dicen que la historia levanta mucho. Con respecto a esta, cada vez queda se confirma más el viejo dicho que dice que las segundas partes nunca son buenas.