Lugares oscuros

Crítica de Fernando López - La Nación

Revivir una pesadilla del pasado

A quienes hayan apreciado la compleja y atractiva construcción de Perdida (2014) y reparen en que Lugares oscuros proviene de otra novela (anterior) de la misma exitosa autora, Gillian Flynn, conviene aclararles que esta vez el realizador no es el celebrado David Fincher, sino el francés Gilles Paquet-Brenner, un cineasta eficiente aunque sin el vuelo creativo ni la imaginación visual del director de Seven, El club de la pelea o Red social. Lo que no quiere decir que este thriller, fruto de un accidentado rodaje, no atrape con su intrincada historia colmada de giros ni que carezca del necesario suspenso.

La brutal masacre que treinta años atrás la dejó como única sobreviviente de una modesta y disfuncional familia de Kansas City ha marcado para siempre la vida de la áspera protagonista (una Charlize Theron, sin afeites, pero tan bella como siempre y convincente como actriz). Libby no ha podido superar el trauma que significó para ella la matanza de la que fue testigo a los 8 años, pero indirectamente, ese trágico hecho de cuyos demonios no ha podido liberarse también ha contribuido a su sostén económico. La chica se convirtió en personaje público y sólo en los últimos tiempos ese malsano interés decayó, aun tras la publicación de un libro dedicado a reconstruir la tragedia y presuntamente escrito por ella. Ahora Libby está en franca bancarrota y por eso acepta la oferta de una suerte de asociación de investigadores aficionados, el estrafalario Kill Club, cuyos miembros actúan como fans, pero no de estrellas, sino de delitos sangrientos. Así deberá revivir aquella pesadilla, volver a tomar contacto con su hermano encerrado en la cárcel como culpable de los asesinatos a causa del testimonio de la propia Libby, buscar a la que noviaba con él en aquella época y compartía su pasión por el satanismo, y quizá con su alcohólico padre y otros personajes no menos oscuros.

Por supuesto, el presente (las búsquedas que ella emprende) y el pasado (la reconstrucción de la negra noche de la masacre) se alternan en la construcción del thriller. No sobra originalidad en la propuesta, que insiste, a veces forzándolos, en la sucesión de giros (más o menos sorpresivos, más o menos creíbles) que alimentan el suspenso de la trama, pero desatiende un costado que pudo ser sustancioso: el de la difícil relación de Libby con el mundo que la rodea.

La historia, no obstante, se sigue con bastante interés. Hay buenos trabajos en el elenco que acompaña a Theron, entre otros Chloë Grace Moretz (recientemente vista en El otro lado del éxito), y Tye Sheridan y Corey Stoll, los dos rostros del hermano eje de la tragedia.