Luces rojas

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Entre el thriller y el drama sobrenatural

«Luces rojas» es original como drama sobrenatural, con momentos de buena tensión fantástica que llegan a climas de película de terror. Pero también cambia mucho de estilo y climas a lo largo de las casi dos horas de proyección quitándole fuerza a todo el conjunto, que también peca de una teatralidad algo exagerada.

La trama empieza describiendo el extraño trabajo de los científicos Sigourney Weaver y Cillian Murphy, dedicados a acudir a cualquier tipo de evento sobrenatural o de poderes psíquicos, simplemente para demostrar que siempre hay algún tipo de fraude o explicación natural. Como el público está cada vez más interesado en descubrir lo contrario, el departamento de su universidad cada vez les da menos fondos. El regreso de un famoso clarividente ciego retirado hace décadas (Robert De Niro) les podría dar una buena promoción, pero por algún extraño motivo relativo a un experimento de hace tiempo con el mismo personaje, la científica no quiere tener nada que ver con el asunto.

Mientras desenmascaran a otro farsante de menor importancia (Leonardo Sbaraglia en una sólida actuación secundaria) va creciendo la tensión alrededor de la presentación en un teatro del famoso no vidente que lo ve todo. Las cosas se complican, y de golpe los científicos que divulgan el escepticismo se ven rodeados de signos de lo sobrenatural.

Por supuesto, finalmente la gran confrontación va a tener lugar, pero para ese momento el director no sabrá bien cómo mantener los climas, ni dentro de qué estilo mantenerlos, por lo que la película pasa del melodrama al thriller, con escenas que no cierran del todo bien. La fotografía y todos los rubros técnicos son de primer nivel, y algunos actores se lucen más que otros, empezando por Cillian Murphy que es el verdadero protagonista del film, y un Robert De Niro en un papel atípico que se roba un buen par de escenas.