Luces rojas

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Entre la ciencia y la fe

La doctora Margaret Matheson (Sigourney Weaver) y su joven ayudante Tom Buckley (Cillian Murphy) se dedican a desenmascarar a los que lucran con las actividades paranormales. En su mira están los curanderos, los médiums y demás chantas del mercado espiritual. Su trabajo da resultados con un curandero de poca monta (Leonardo Sbaraglia), pero su mayor desafío es el psíquico Simon Silver (Robert De Niro), que reaparece después de treinta años de ausencia. El planteo es ambicioso, pero el director y guionista español Rodrigo Cortés, que sorprendió hace dos años con “Enterrado”, no eligió el mejor camino para desarrollar el tema. “Luces rojas” es claramente un thriller sobrenatural, que en su estructura también tiene una subtrama policial. El filme se vislumbra como interesante cuando se concentra en la apasionante búsqueda de los científicos, pero a medida que pasan los minutos es evidente que el director prefiere crear suspenso a cualquier precio, aún con recursos muy previsibles, y que temas tan ricos como la tensión entre la fe y la ciencia quedan reducidos a un puñado de golpes de efecto. El final con vuelta de tuerca (al mejor estilo “Sexto sentido”) da por tierra con lo poco de original que podría haber tenido la película. Y cuando llega — después de tantos gritos, sobresaltos y efectismo— la verdad es que ya no causa ninguna sorpresa.