Los Vengadores: Infinity War

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Después de la floja "Avengers: Era de Ultrón" (2015), Marvel puso toda la carne al asador con la ambiciosa (y por momentos desmesurada) "Avengers: Infinity War", una reunión cumbre de superhéroes en la que parece que todo vale y nada sobra. Ahí están Iron Man, Hulk, Thor, el Capitán América, Doctor Strange, el Hombre Araña, Pantera Negra y hasta el equipo de Guardianes de la Galaxia. Para semejante batallón hacía falta un villano a la altura, y la película lo encuentra en Thanos, otro malo que quiere destruir al mundo pero que esta vez explica sus motivos. Más allá de los excesivos 149 minutos de duración, hay que reconocer que los directores, los hermanos Anthony y Joe Russo, saben cómo mantener el ritmo, ajustando con precisión las secuencias de acción y los diálogos, y logrando que cada personaje tenga su momento, sin superponerse o amontonarse. También consiguen que los nuevos invitados (los Guardianes de la Galaxia) se integren al grupo con naturalidad, apelando al humor y a diálogos efectivos. Claro que, cuando se aproxima a su abierto final, a "Infinity War" se le empiezan a notar mucho las costuras de producto en serie, tan manipulado como manipulador, y la nobleza de sus héroes se evapora más rápido que el balde de pochoclo. Además es sólo la primera parte de una aventura que se resolverá el año que viene, cuando se estrene la cuarta película de Los Vengadores. Recién ahí esta historia se cierra, o al menos esa es la promesa.