Los últimos

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Con las manos manchadas

Una de las mejores formas de tomar contacto con determinado tipo de oficios es sin lugar a dudas apelando a la imaginación que se nutre de historias del pasado, esas épicas cotidianas que se transmiten de boca en boca. Luego, el marco lo confecciona la propia imagen que uno se hace de aquel relato y de inmediato existen huecos o baches que denotan incompletud.

Pero la llegada del documental como vehículo de registro y portador de esas historias no puede ser más necesaria cuando de oficios y testimonios se trata. Allí, el relato cobra otro tipo de espesura que más allá de lo visible aporta el costado humano y si de humanidad se trata es imposible no arribar a las emociones, a ese dejo de nostalgia por un pasado muy diferente al presente.

Los últimos es de esos documentales donde se respira historia no sólo por reconocer en sus protagonistas testimonios vivos de un oficio al que la tecnología y los avances técnicos en la gráfica dejaron absolutamente al costado del camino. La referencia directa a la impresión de tipos móviles, al recorrido por talleres de imprenteros que aún sobreviven al reinado del offset, representa un aspecto del trabajo de Pablo Pivetta en conjunto con Nicolás Rodríguez Fuchs, también la introducción del presente y de la perseverancia de algunos por mantener viva la llama de lo artesanal; por no huir de la tinta y las manos enchastradas.

Solamente hay que tener amor y cierta obsesión por querer continuar con estas prácticas de arduo rigor y trabajo. Contar con letras de distintos tamaños en madera o plomo para hacer de un texto un ritual de composición y de cada palabra algo mucho más importante que una frase o idea: hacer que la palabra impresa en su relieve esté más viva que nunca.