Los tres chiflados

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

Moe es el líder

Cuando me enteré de que iban a realizar una película de mis queridos Tres Chiflados el temor fue grande. Ese humor físico (slaptstick) que pregonaban Moe, Larry y Curly funcionaba por ser tan reconocibles en esos actores y en ese tiempo, uno donde el blanco y negro encajaba perfecto.

Cuando supe que a ese proyecto se sumaban como directores los hermanos Farrelly ese temor disminuyó un tanto. Estos directores con una filmografía donde el ridículo y el slapstick son moneda corriente (como Loco por Mary, su hit inconmensurable o Irene, Yo y mi Otro Yo, entre otras) abrían la posibilidad de que esta traslación no fuera un completo fiasco. En sus films los golpes, caídas y una violencia sin pudor eran llevadas con un desenfreno que parecía adecuada para la versión en pantalla grande de Los Tres Chiflados. Luego de ver la película solo puede decir que fue un gran acierto que estos llevaran adelante el film, su respeto y amor por ese humor se nota en cada escena.

La historia de Moe, Larry y Curly comienza cuando son abandonados frente a un orfanato tutelado por monjas. Ahí es donde los van a criar y donde las monjas sufrirán la capacidad para causar problemas de los tres niños que posteriormente se convertirán en los tres adultos que reconocemos con aún mayor capacidad para el desastre y la anarquía. Nota aparte merece Larry David (co-creador de la serie Seinfeld, visto como actor en una de las últimas películas de Woody Allen Que "La Cosa" Funcione) como una de las monjas de poderoso grito y que ejerce la autoridad monacal de forma dura e impiadosa. Está a la altura para ser centro de los golpes de los tres en cuestión.

Hay un detalle determinante para entender como funciona esta película. En el salto temporal de los pequeños Moe, Larry y Curly a sus versiones adultas no se produce ningún tipo de cambio físico en las monjas que los cuidan, no hay envejecimiento ni ningún intento de aparentarlo. Es un mundo fantástico que se vive dentro de la película. Esta planteado como una realidad donde el dolor es puro humor, perfecto y simplista, listo para la diversión, resguardado por una inocencia que es la de esos tres chiflados que pegan pero no lastiman.

Otro de los temas principales al acercarse a esta película era la personificación de los tres chiflados. Y como no serlo cuando uno los tiene tan identificados. Aquí la elección de tres actores poco reconocibles (Chris Diamantopoulos, Sean Hayes y Will Sasso) juega a favor, quedan fundidos en esa imagen que recordamos perdiéndonos de los actores, son solo los tres chiflados. Entonces si uno se deja llevar por ese humor, por una tonta historia (no lo digo como un defecto) va a poder disfrutar de un muy grato momento.

Los Tres Chiflados es una orquesta de golpes que no suena tan mal como a priori podía pensarse, y creo que puede llegar a convertirse en un clásico dominguero, de esos que sirven para apaciguar el espíritu a pura carcajada.