Los tres chiflados

Crítica de Federico Cobreros - Alta Peli

Movida complicada y desfachatada la de los Hermanos Farrelly! No solo se animaron a hacer una película de los eternos y queridos Tres Chiflados, sino que encima es una suerte de Reboot con guion e historias completamente nuevas. Veamos cómo les fue, tal como ellos plantean en su película; en tres actos!

1er Acto. “Piquete de Ojos”

Lo primero que salta a la vista en esta peli es el comienzo (doh!), en el cual vemos a los tres muchachos llegar de bebés a un orfanato. Se da a entender que no son hermanos, ni tienen parentezco, pero llegan juntitos. Aquí tenemos un gran segmento de la película con los Tres Chiflados con 10 años de edad, haciendo de las suyas. Lamentablemente las copias que llegaron a Argentina están dobladas, por lo cual, la mitad de la actuación y los chistes de los personajes se pierden en el doblaje. Y algunos chistes ni siquiera son traducidos… Una pena. Pero volviendo a los niños, es raro ver a pequeños pegarse tanto en pantalla, y a priori suena fuera de lugar, fuera de contexto y fuera de siglo… Si bien las actuaciones de los niños son correctas, no son ni por asomo el fuerte de la película, sino más bien son la tediosa parte de presentación de personaje que TODOS los reboots tienen… (En últimos años ya vi dos veces como Peter Parker consigue sus poderes, dos veces como Bruce Banner se hace Hulk, dos veces como Bruce Wayne pierde a sus padres, Dos Nicks Furys, uno blanco y alemán y otro negro y badass, y la cuenta sigue…) Pero bueno, es funcional a esta película ya que se plantea cierta distancia del clásico que los verdaderos Maestros inmortalizaron entre 1930 y 1971. Hay que tener en cuenta que la formación que utiliza la peli, es la más “tradicional”, la de Moe, Larry y Curly.

2do Acto. Días Modernos

Los Tres Chiflados, luego de fallar todos los intentos de adopción, terminan siendo una suerte de trabaja-en-todo de 35 años para el orfanato que los crió. Atención a las monjas, que desde que llegan los bebés, y para el último tramo de la peli, para el cual ya han pasado 35 años, no envejecen ni un ápice! El tema es que como la crisis pega fuerte en el país del norte, se anuncia que se va a cerrar el orfanato, por lo cual, Los Tres Chiflados deciden salir de su reducto, hacia el mundo real a tratar de conseguir 830.000 dólares. Un vuelto. Esta salida de Los Tres Chiflados al “mundo real” recuerda un poco al personaje de Randy Quaid en Kingpin, también de los hermanos Farrely, siendo los Los Tres Chiflados ingenuos e inexpertos en la gran ciudad que los rodea. Si bien toda la parafernalia de golpes, bromas y torturas físicas son las mismas que veníamos viendo desde pequeños, y las que nuestros padres o abuelos veían de pequeños, por suerte hay un poco de lugar para la innovación. Hay escenas que realmente son muy buenas. En especial la escena de los bebés en la nursery del hospital. También las bromas a la tecnología actual son buenas. Lo que sí se destaca es el segmento de Moe en un reality tipo Gran Hermano. El choque de el humor slaptick y hasta violento con algo novedoso, acartonado y de cartón como un reality es maravilloso.

3er Acto. Old School

Si bien la película no descolla, es cuanto menos efectiva en lo que se propone. Hacer reír, no es ni lo peor ni lo mejor de los Farrelly, tiene puntos altos, y tiene sectores en los que la película solo transita. Llevados adelante por la ingenuidad con la que se manejan Los Tres Chiflados lo cual funciona y punto. La trama fuera del orfanato es mediocre, y por lo tanto, la película se mantiene gracias a los gags y escenas cómicas. Los actores en los roles de Los Tres Chiflados están bien. Sobre todo Chris Diamatopoulos en el rol de Moe, muy bien acompañado por sus compañeros de cartel. Lo mejor que tiene la peli es que es una comedia con una andanada de sinsentidos, golpes y humor del viejo. De ese humor anterior a que se prohibiera fumar en cámara, anterior a que te saquen la sal de la mesa en los restaurants, anterior a los airbags, anterior a que un golpe tuviera una connotación profunda y psicológica. Nada es personal! Ni los piquetes de ojos, ni los mazasos en la cabeza, ni las explosiones, ni las caídas. Todo es reversible, curable, y superficial. Tanto las heridas como el humor. Y Los Tres Chiflados siempre fueron así. Como alternativa para las vacaciones de invierno, está más que bien. Ah! Presten atención a la genial escena ni bien termina la peli! Excelente “cameo” de dos personas inesperadas!