Los trabajos y los días

Crítica de Gabriela Mársico - CineramaPlus+

El documental sobre el CETC del Teatro Colón, Los trabajos y los días, de Juan Villegas (Sábado, Los suicidas, Las Vegas, Adán Buenosayres: la película, Victoria) resultó ganador del concurso 25 años de creación en la categoría Historia del CETC. El documental nos muestra a la manera de un backstage, los procesos de creación y producción de eventos artísticos que se realizan en el mismo Centro, ubicado en un sótano, el lugar donde se cocina cada proyecto antes de ser estrenado frente al público.

CENTRO DE EXPERIMENTACIÓN

El CETC es una creación de Sergio Renán, director del teatro Colón por aquel entonces, y que en el año 1990 fundó este espacio que tuvo como director al pianista y compositor Gerardo Gandini, prestigioso y notable músico de vanguardia.

No es casual que la voluntad irreductible de la música experimental de querer permanecer al margen de la música tradicional o de no ajustarse al canon de la música tradicional, haya relegado al CETC a los sótanos del Teatro Colón.

El CETC es un espacio subterráneo, laberíntico e intrincado, tanto como el modo en el que se manejan por sus lóbregos pasillos, los trabajadores administrativos, técnicos, artísticos, y personal de limpieza que lo componen. El centro, como ya dijimos, funciona en el subsuelo del teatro, y recibe todo lo que arriba, en la sala principal, es dejado de lado porque ya no sirve o es desechado. Por eso hay una tensión entre el arriba y el abajo. Ya que lo que está abajo debiera ser lo que esté arriba, nos cuenta uno de los trabajadores del centro. Otro entrevistado declara: “la gente, los espectadores no venían, entonces teníamos que ir a buscarlos. Un asistente iba a la Plaza con un megáfono para reunir gente para el espectáculo. Cuando llegaban, a los diez minutos se iban. Y para el final ya no había nadie. La sala quedaba vacía”.

El documental registra el funcionamiento del centro experimental, cómo se mueven los hacedores de los espectáculos que luego serán estrenados en el mismo recinto. Villegas dice: “me gusta filmar músicos, filmar el proceso de creación de la música. La música y el cine están vinculados muy fuertemente, pero me interesa evitar los lugares comunes de cómo se utiliza la música en el cine. Lo que quería era explorar distintas cuestiones: la figura de Gandini, como un artista fundamental de la música contemporánea argentina, y también el proceso que implica crear una obra musical desde su preparación, que no incluye sólo a los músicos sino a toda una institución como el CETC, que de forma similar al TACEC (del teatro Argentino de La Plata), sube a su escenario aquellas propuestas musicales y performáticas que escapan a las clasificaciones y normas.

“Una institución es una idea –dice Beatriz Sarlo– la idea del CETC era destinar un espacio dedicado a la música del siglo XX, a la música contemporánea. Gandini, al frente del centro, demuestra que eso es posible. El CETC tiene un perfil muy evidente en la programación musical de Buenos Aires…” y agrega que el Centro tiene dos perfiles de público bien definidos “uno muy joven, en su mayoría especializado en música, y el otro, es viejo, como yo, que representa la vanguardia de los sesenta.”

EL TEATRO MUSICAL Y LA ÓPERA

El Centro fue creado con el fin de abrir caminos a las nuevas manifestaciones artísticas dentro de lo que es la ópera, y la música de vanguardia. Y hacer accesible al público en general estas nuevas manifestaciones artísticas experimentales.

“Me interesaba investigar cómo funciona una institución oficial pública para difundir y promover un arte experimental, de vanguardia, me parece interesante, y necesario, que el Estado cumpla esa función. Y que aunque el CETC está en el sótano, sea parte del Colón: una política cultural importante tiene que poner en el centro aquello que suele estar en los márgenes, visibilizar aquello que está más oculto pero que es valioso, y así formar a un público. El CETC lo logró, y es un pequeño milagro de la política cultural. Con un montón de problemas, por supuesto, elementos burocráticos que frenan, goteras, pero aún en esas circunstancias se pueden generar obras muy sofisticadas. Para mí ese es el rol que tienen que cumplir las instituciones públicas ligadas al fomento del arte”, afirma Villegas.

Con cámara fija el director registra los avatares de todos sus trabajadores realizando las tareas que permitirán llevar adelante la puesta de una obra a estrenar In nomine lucis del músico italiano, Luigi de Angelis. Dificultades que oscilan entre conseguir un cello para un músico extranjero, junto con el seguro del instrumento, y conseguir reposeras para el público que luego serán reemplazadas por almohadones negros por obvias razones de presupuesto.

El filme se abre y se cierra con imágenes de Esas cuatro notas (2004) de uno de los maestros de Juan Villegas, el cineasta Rafael Filippelli, que a su vez se basa en la vida y obra del hacedor del Centro de Experimentación, Gerardo Gandini.

Por Gabriela Mársico
@GabrielaMarsico