Los santos de la mafia

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Las piezas del rompecabezas Soprano

Los Santos de la Mafia (The Many Saints of Newark, 2021), la precuela de la exitosa y popular serie Los Soprano (The Sopranos, 1999-2007), que se emitió por el canal HBO, indaga en el pasado de las familias Moltisanti y Soprano para develar los pormenores de la niñez y juventud de Tony Soprano, el protagonista de la obra del productor David Chase.

Alan Taylor, director de varios capítulos de Los Soprano y de múltiples series como Games of Thrones, In Treatment, Mad Men, Deadwood y Sex and the City, toma aquí las riendas de un proyecto orientado a adentrarse en el pasado de Tony Soprano y de su familia siguiendo las huellas de la televisión para responder los interrogantes que la serie había planteado a partir del tratamiento psicoanalítico del protagonista.

Al igual que la historia original de David Chase, la precuela de Alan Taylor, escrita junto a Lawrence Konner, retoma mafiosos de la vida real, como el traficante de heroína Frank Lucas, que importó heroína durante la Guerra de Vietnam a Estados Unidos desde el sur de Asia con la ayuda de oficiales y soldados del ejército norteamericano, historia retratada brillantemente por Ridley Scott en American Gangster (2007), film protagonizado por Denzel Washington y Russell Crowe.

El film se centra en la relación de Dickie Moltisante (Alessandro Nivola), un líder mafioso de la ciudad de Newark en el Estado de Nueva Jersey, padre de Christopher y mentor de Tony Soprano, aquí interpretado por el hijo de James Gandolfini, Michael, en su adolescencia y por William Ludwig en su niñez, con su sobrino preferido a fines de la década del sesenta durante la rebelión popular de 1967 en la ciudad más populosa de Nueva Jersey para continuar a principios de los setenta con las transformaciones que sentarán las bases de la personalidad de Tony.

En plena efervescencia de fines de los sesenta, el padre de Dickie Moltisanti, apodado Hollywood Dick (Ray Liotta), regresa de Italia casado con una reina de la belleza italiana que no habla ni una pizca de inglés, Giuseppina (Michela De Rossi), mientras su hijo mantiene el control de los múltiples negocios ilegales con la ayuda de uno de sus subalternos, Harold McBrayer (Leslie Odom Jr.). El pequeño Tony, fascinado por la atractiva y carismática personalidad de su tío, lo sigue a todos lados y lo imita, metiéndose en problemas constantemente con apuestas en el colegio, fumando y escapándose de su familia. El padre de Tony, Johnny (Jon Bernthal), cae preso por asalto a mano armada y recibe varios años de condena, lo que sume en una depresión a la madre de Tony, Livia Soprano (Vera Farmiga). La constante brutalidad policial contra la población afroamericana desata una rebelión popular que decanta en disturbios generalizados en el centro de la ciudad alrededor de la comisaria y la avenida principal. La personalidad de Dickie lo llevará a cometer diversas barbaridades, pero será su sentido del humor el que selle su suerte. Debido a los disturbios y a sus actividades delictivas, Harold abandona la ciudad pero regresa siete años después para aprovechar el negocio de la droga abierto por Frank Lucas en Nueva York para los afroamericanos. Mientras tanto, Johnny Soprano sale de la cárcel y se reencuentra con su familia y Tony oscila entre sus deseos de jugar al fútbol americano y sus inclinaciones delictivas que afloran. El tiempo pondrá a Dickie y a Harold en bandos opuestos en un enfrentamiento que tendrá nefastas consecuencias para ambas familias. Tras la muerte de su madre, Dickie realiza distintas maniobras que cambian su vida, toma a la esposa de su fallecido padre como amante, iniciando así una relación que también tendrá un fin trágico, comienza a visitar a su tío preso en la cárcel por asesinato y realiza distintas acciones de caridad para redimir sus crímenes.

Los Santos de la Mafia es un friso de la mafia italiana que Chase siempre vio de cerca en Newark, una mirada descarnada y realista sin golpes bajos que retrocede en el tiempo para reconstruir la historia de las familias Soprano y Moltisanti y sus vínculos mafiosos, que eventualmente llevarán a Tony hasta la cima del poder.

Mezcla de drama social con toques de comedia y film de mafiosos, Los Santos de la Mafia es una excelente precuela de Los Soprano que respeta su espíritu con un tono más clásico de film que busca retratar las contradicciones de las familias conservadoras italianas de los sesenta y los setenta y su relación con la comunidad afroamericana de Newark.

Si lo mejor de Los Santos de la Mafia es su gran guión y la dirección de Alan Taylor, lo peor son algunas de las actuaciones de los secundarios, especialmente las de Jon Bernthal, Billy Magnussen y Corey Stoll, actores que no dan con la talla de los personajes que representan, especialmente si se compara por ejemplo a Stoll con Dominic Chianese o a Mangussen con Tony Sirico. Aunque el hijo de James Gandolfini, Michael, logra una buena interpretación en su rol de Tony adolescente, se extraña el carisma de su padre, un actor verdaderamente magnífico que cautivaba la cámara. Vera Farmiga cumple muy bien como la madre de Tony, personaje que tendrá mucha influencia en el desarrollo de la personalidad del protagonista de Los Soprano durante sus sesiones de psicoanálisis. Ray Liotta, interpretando al padre de Dickie y a su tío, ofrece como siempre un trabajo formidable con personajes diametralmente opuestos, opacando aún más a los actores secundarios que tienen esa presencia tan firme ante la cámara. Alessandro Nivola y Leslie Odom Jr., dos hombres primero unidos y después enfrentados, ofrecen una actuación muy buena, al igual que Michela De Rossi, que se luce en su papel de italiana que descubre el lado oscuro del sueño americano.

Al igual que la serie de Chase, el film de Alan Taylor logra retratar la cotidianeidad de la mafia, sus lazos con la comunidad y la violencia latente que pocas veces aflora, pero cuando lo hace tiene consecuencias horrorosas difíciles de olvidar. Al igual que muchas de las mejores películas sobre el crimen organizado, Los Santos de la Mafia narra las raíces de las organizaciones delictivas en las urbes estadounidenses, ofreciendo una mirada no tan luminosa del sueño americano que atrajo a los inmigrantes italianos a la Costa Este de Estados Unidos. Para los que nunca se adentraron en la serie de Los Soprano, el film es una buena oportunidad para descubrir esta historia de la mafia de Newark, cómo funciona su lógica y cuáles son las prácticas que la caracterizan, y para aquellos que ya conocen la serie, el film proveerá numerosas claves para interpretar y entender la historia de Tony y Christopher y una buena razón para comenzar nuevamente a rememorar la gran obra de Chase.