Los rostros del diablo

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

El género de terror viene asomando con nuevos bríos desde Corea Del Sur y Los rostros del Diablo -Metamorphosis- sigue con la tradición de las películas de exorcismos pero con un planteo estético y narrativo que resultan interesantes.

Al comienzo, un sacerdote practica un exorcismo que sale mal y lo sumerge en la culpa. La familia Kang-Gu, integrada por los padres Gang-Goo -Dong-il- y Myung-Joo -Young-nam- y sus tres hijos, Sun-Woo -Hye-Jun-, Hyun-Joo -Yi-Hyun- y Woo-Jong -Kim Kang-Hoon-, se mudan a nueva casa cuando comienzan a suceder hechos extraños, ruidos molestos que vienen de la casa del vecino y la felicidad que tenían planificada se cae a pedazos. Una fuerza oscura dominará a la familia a partir de un planteo que se aleja de los clichés del género e instala el tema del "doble" con una inquietante mirada que empuja a los personajes hacia la locura.

En Los rostros del diablo la vida cotidiana comienza a transformarse al punto de enfrentar a los mismos miembros de la familia. En la tradición de El exorcista y Aquí vive el horror, lo monstruoso se instala en los cuerpos para destruírlos y para generar desconfianza y miedo. El tío, el sacerdote del inicio, acudirá al hogar para solucionar el problema que atraviesan poniendo en duda la confianza del quinteto.

Con buenas actuaciones, cuerpos que se retuercen y cambian de aspecto, un vecino amenazante y de extrañas costumbres y un sótano que también depara sorpresas, la película atrapa desde el comienzo con su atmósfera lluviosa y una tormenta que se cierne sobre la familia.