Los Pitufos

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Adorables criaturas

Reciclar el pasado parece ser el lema de los grandes estudios hollywoodenses ante la falta de ideas y, en cierta forma, para evitar todo tipos de riesgo económico y estético. Los Pitufos (The Smurfs, 2011) es parte de ese pasado que vuelve, que se recicla, pero que además asume el riesgo de combinar animación con realidad con un resultado altamente positivo.

Papá Pitufo y sus cien hijos habitan tranquilos la pitufo aldea. Ante un hecho casual, que no develaremos para mantener el suspenso de la trama, seis de ellos culminarán, sin proponérselo, en la ciudad de New York. De la misma manera también lo hará el malvado Gargamel y su gato Azrrael, archienemigos de las criaturas azules. En la gran manzana Los Pitufos conocerán un mundo diferente, el real. Por más fascinante y maravilloso que les parezca ese no es su habitad y tendrán que ingeniárselas para volver a la fantasía de la que provienen.

La historia de Los Pitufos está basada en los clásicos personajes creados por el célebre Peyo, al que la película en algún momento se encargará de homenajear. Pero que la división animación de los estudios Sony junto al realizador Raja Gosnell se encargaron de trasladar al 2011 dotándola de una serie de elementos que entretendrá a los más pequeños casi de la misma manera que lo hará con los adultos, siendo ese uno de los aciertos que el film posee. Mientras los chicos “comprarán” la historia propiamente dicha, los adultos lo harán a través de una línea de acción paralela plasmada de guiños y segundas lecturas.

Desde lo técnico hay una utilización del 3D para la creación de cada una de estas criaturitas azules que deambulan por el mundo verdadero de la misma manera que lo haría un humano. Hay una interacción permanente con el mundo real que de hecho es el verdadero protagonista de la historia. Son los personajes reales que interpretan Neil Patrick Harris y Jayma Mays (Glee) quienes llevarán adelante un relato que mantiene una estructura similar a la de E.T. El extraterrestre (Steven Spielberg,1982).

Los Pitufos podría haber sido una película muy menor, de esas a las que estamos acostumbrados a ver una y otra vez como si salieran en serie de una máquina de hacer chorizos. Pero para satisfacción de muchos resultó ser todo lo contrario. Un espectáculo para nada grandilocuente que combina todos los ingredientes necesarios para entretener a niños y adultos de la mejor manera posible. Una grata sorpresa post vacaciones de invierno.