Los padecientes

Crítica de Alexis Puig - Infobae

Pablo Rouviot es un psicoanalista exitoso que se ve envuelto en una trama policial cuando es contratado por Paula, para que oficie como perito de parte y declare inimputable a su hermano, que está acusado de asesinar a su padre. Lo que debía ser una pericia psiquiátrica corriente se transforma en una investigación en donde nada es lo que parece.

Benjamín Vicuña se pone en la piel del analista (alter ego inconfundible del propio Gabriel Rolón) en una trama de suspenso, con altas dosis de perversión y truculencia. Su personaje, de tono monocorde, funciona a la perfección (aunque algunos diálogos que parecen poco adaptados suenen demasiado literarios).

Maria Eugenia Suárez, en el papel de la hija mayor de una familia "muy particular", se vale más de la mirada que del texto para transmitir la carga emocional que su personaje conlleva. Bella, bien fotografiada, juega algunas de las escenas más provocadoras del filme (incluida una con un "Bestial" Luis Machin).

Mas allá del carisma de la pareja protagónica, la fuerza del resto del elenco se ve potenciada por las secuencias que a cada uno de ellos les toca jugar; Nicolas Francella tiene sus momentos de esquizofrenia bien resueltos y Ángela Torres logra meterse en el cuerpo de una nena de 13 para secuencias jugadas, tanto en lo físico como en lo emocional. Ambos jóvenes actores, junto al sólido Osmar Nuñez son los pilares de un filme de género, que nunca reniega del clasicismo.

Nicolas Tuozo dota al filme de colores fríos para acentuar la experiencia depresiva y oscura de los personajes. A la vez, se da tiempo de homenajear a algunos clásicos como Ojos Bien Cerrados de Kubrick, en una secuencia orgiástica que combina pasado y presente con gran pericia.

Para aquellos amantes de la intriga y del misterio, Los Padecientes puede ser una experiencia cautivante y lograda, sin perder el toque autóctono ni el espíritu de la obra seminal de Rolón.