Los miembros de la familia

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Dos contra el mundo

El cine argentino trabajó el mundo de la adolescencia desde diferentes ópticas hasta casi convertirlo en un subgénero más dentro de su filmografía. Pero Los miembros de la familia (2019) de Mateo Bendesky no es otra película sobre adolescentes abúlicos buceando en un mar oleado que les resulta adverso, sino que es una película sobre la construcción de la identidad a partir del duelo y donde el humor no está ausente.

Lucas (Tomás Wicz) y Gilda (Laila Maltz) son don hermanos de 17 y 20 años que viajan a un pueblo de la costa argentina para arrojar al mar las cenizas de la madre que acaba de morir. Pero como no tienen las cenizas y solo les entregaron una mano ortopédica eso será lo que arrojarán. “Total lo que importa es el deseo”, le dice Gilda a Lucas. Él, obsesionado con el fitnnes, y ella, con las terapias alternativas y la astrología, deberán quedarse en el pueblo a raíz de un paro de transporte. Ambos volverán a encontrarle un sentido a la vida en esos días donde el tiempo parece no avanzar, lejos del mundo y cerca de ellos mismos, descubriendo quienes en realidad son y lo que quieren en el futuro cercano.

Bendesky realiza una inteligente película de iniciación sobre la adolescencia y el duelo a través de la construcción de un universo cargado de metáforas y símbolos donde la muerte, como en la astrología, significa un renacer, una nueva vida. Ambos explorarán, en esa convivencia obligada, nuevos mundos, formas de conectarse consigo mismo y con los demás. Lucas se enfrentará a su sexualidad, mientras que Gilda, recién salida de un centro de rehabilitación, encontrará el sentido que necesita para vivir. Pero lo interesante es la forma en que el realizador construye una historia donde el golpe bajo es reemplazado por la ironía y el sarcasmo, forjando un mundo donde los adultos están ausentes y los jóvenes son los que deben hacerse cargo de los problemas que heredaron: desde una casa que no paga alquiler hace meses hasta las consecuencias originadas por un paro de transporte por tiempo indeterminado

Los miembros de la familia podría haber sido un drama existencialista new age pero se convierte en una comedia donde el humor sutil, inteligente y elegante se entrecruza con una puesta en escena delicada de planos centrados, colores fríos y una atmósfera opresiva en un espacio donde se respira a libertad.