Los mejores de Brooklyn

Crítica de Martín Lipszyc - Comunar

Nuevamente me sorprendió una película por la cual, en la previa, no daba dos mangos.

Los mejores de Brooklyn es un film de suspenso y acción, un thriller, que funciona no por sorprendente sino por sólido: los personajes son bastante trillados, pero a fuerza de actuaciones convincentes, sale adelante airoso.

Evidentemente está ambientada en Brooklyn, y se centra en la vida de tres policías que ocupan cada uno un rol diferente en la fuerza, y que no se conocen entre sí. Los tres están viviendo una crisis personal y el nudo será cómo lo resuelven.

Richard Gere es Eddie, un policía al que le queda una semana para retirarse. Es un hombre que ha pasado sin pena ni gloria por la vida, y mantiene un nivel de mediocridad poco envidiable (al respecto, gran escena inicial cuando despierta, se mete un revolver en la boca y dispara. Luego veremos que se trata de un arma sin balas…). Ya hemos visto varias veces este personaje, pero Gere logra involucrarse. A 7 días del retiro, le ponen a un pasante para que lo acompañe en su ronda. Como siempre, el “nuevo” quiere cambiar el mundo, y así Eddie logra darse cuenta de cómo han cambiado sus ideales y se ha volcado hacia la dejadez. Sirve entonces como un replanteo a días de su retiro.

Ethan Hawke es Sal. Trabaja en los equipos encargados de operativos contra los narcotraficantes, entrando a las casas que tienen “marcadas” y desbaratando las bandas. Sal está en una crisis familiar tremenda: su mujer, que está embarazada de mellizos, sufre una enfermedad producida por el moho de la vivienda que ocupan. Necesita mudarse entonces no solo por espacio, sino ya por salud. El tema es que no tiene dinero. A todo esto, en cada operativo del que participa, ve pilas y pilas de “dinero negro”, confiscado a los narcotraficantes. ¿Tomar un poco para sanear su vida personal o mantenerse del lado de la ley?

Don Cheadle es Tango, un policía encubierto que ha logrado infiltrarse en las redes de narcotraficantes más pesados de Brooklyn. Por supuesto, Tango está harto: ya está cansado de los tiros, los escapes, de vivir una doble vida, y sólo quiere “un escritorio y una corbata”, como asegura en la película. Lo cierto es que llegó a una posición encumbrada y los de la Policía no quieren perderlo. Le ofrecen entonces una salida: si quiere retirarse de su actual posición, deberá traicionar a Caz -Wesley Snipes-, un narco que acaba de salir de la cárcel y que intenta hacer las cosas bien, pero al que la Policía quiere ver caer nuevamente. Encima, Caz le salvó la vida a Tango. La duda será: ¿traiciono a un amigo que se que es inocente a cambio de mi beneficio personal?

Estas tres vidas en decadencia obviamente tendrán un nexo, siempre desconocido por ellos.

Es una muy buena opción para los amantes de los policiales.