Los Knacks. Déjame en el pasado

Crítica de Marcelo Cafferata - El Espectador Avezado

“LOS KNACKS: DEJAME EN EL PASADO”, es el nuevo trabajo de Mariano y Gabriel Nesci que toma la historia de la que fuera la mejor banda beat argentina que, en un determinado momento, arrancó con un enorme potencial y cuando sus integrantes pensaban que el fenómeno explotaría, en el preciso momento en que estaban grabando su primer disco con temas de su autoría, un decreto de un gobierno de facto –la prohibición por parte de Onganía de que se difundiese música en inglés- los deja completamente fuera de circulación.
Ese disco que se había grabado para la compañía EMI –curiosamente, la misma disquera que la de los Beatles- nunca llegó a editarse en nuestro país, justamente a raíz de ese decreto.
Pero misteriosamente, y sin que sus integrantes lo supiesen, estas cintas de alguna manera llegan a Europa y son editadas y comercializadas de forma tal que este grupo completamente desconocido en la Argentina, comienza a venderse en las principales disquerías de Estados Unidos y Europa con un formato de Antología.
Más de cuarenta años después de haberse realizado estas grabaciones originales, un blog independiente despierta cierta curiosidad en uno de los directores y lo lleva a ese disco que comenzó a venderse en el exterior hasta llegar a convertirse en un disco de culto: un disparador que es una pequeña rareza, y el germen de una historia que merece ser contada. “Los Knacks” aparecen en las bateas de cualquier pequeña disquería de Londres, Barcelona, Sevilla, Grecia, Holanda o Estados Unidos para deleites de clientes y coleccionistas y buscadores de excentricidades musicales.
Después de todo este tiempo sin verse y con más de 60 años en sus espaldas, los integrantes de “Los Knacks” quisieron volver a reunirse, a intentarlo, a ensayar nuevamente juntos y es exactamente en ese momento donde la cámara de Nesci capta esa absoluta complicidad donde el tiempo pareciese no haber transcurrido.
Los acompañan en ese nuevo viaje, se embarcan en sus nuevos sueños como volver a tocar en vivo, grabar un nuevo disco e intentar esa popularidad que acariciaron en sus presentaciones televisivas casi medio siglo atrás y que aún hoy sigue siendo un gran pendiente en cada una de sus vidas. Justamente el cine de Nesci está atravesado de alguna manera por la música y, en sus ficciones anteriores como “Días de Vinilo” o “Casi Leyendas”, la banda de sonido marca el ritmo de la historia y de los personajes.
Pero más que la música en sí misma, lo que es atractivo en esta historia es el retrato de cómo los artistas no ceden frente a las adversidades.
También se había mostrado claramente en la serie televisiva “Todos contra Juan” en donde nada parecía hacer que el protagonista se diese por vencido. En este mismo sentido, la música es para “Los Knacks” su pulsión vital, su fuerza de vida, un motor para que las cosas sigan funcionando, para no perder los sueños, para darse una nueva oportunidad.
Y justamente el documental llega a conmover al espectador porque Mariano y Gabriel Nesci, bucean hasta la fibra de las emociones, internándose no solamente en la historia general de la banda, sino en la vida de cada uno de sus miembros en particular, compartiendo de alguna forma u otra, su cotidianeidad y su intimidad.
Con más de 300 horas de material filmado y nueve años de acompañarlos en este proceso, es realmente faraónico el trabajo de edición realizado por Alberto Ponce y Mariano Nesci para resumir en menos de dos horas, todos los acontecimientos que fueron sucedieron en el corazón de la banda a partir de la aparición de ese disco del que ni ellos sabían de su existencia.
Así aparece el que iba a ser su último disco (“Last Stand”, 2012), nuevos recitales, una reveladora presentación en un concurso televisivo, shows que siempre se plantean como una despedida… pero siempre hay más, siempre aparece algo nuevo: la fuerza de la música que impulsa a Los Knacks, pareciera ser inagotable.
Los hermanos Nesci aciertan en el tono del relato, nostálgico y potente, íntimo y sencillo, que van narrando con una fluidez digna de una ficción, en donde los propios protagonistas van generando –casi involuntariamente- material para que la trama fluya y sigan abriéndose nuevos episodios casi sin que los directores tengan que hacer ningún esfuerzo más que poner la cámara el momento justo y ser testigos de cada uno de los acontecimientos que a esta altura de la vida, les tiene deparado el destino a cada uno de los integrantes –tomando una inteligente distancia para perderse detrás de la cámara y dejar que cada uno de los Knacks tenga su particular lucimiento-.
Cuando ya parece que el documental va cerrando y la banda se va despidiendo, en una especie de epílogo anticipado, aparecen algunos momentos dolorosos que permiten mostrar una vez más el poder sanador que tiene la música en cada una de sus vidas, lo que los sostiene frente a la adversidad.
Una historia de sueños, de frustraciones, de deseos, del poder de la amistad, de las ganas de seguir nutriéndose de la música a pesar de todo. Una película de un reencuentro, del paso del tiempo, una invitación a no bajar los brazos y una cámara como la de los hermanos Nesci que envuelve a estos personajes humanos, queribles, entrañables, para contar una de las historias documentales mejor contadas del año y que ha sido merecedora del premio a la mejor película en la Sección Banda de Sonido Original en el 33º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
“LOS KNACKS – DEJAME EN EL PASADO” es claramente uno de los mejores trabajos del año dentro del documental, una de esas películas deliciosas, imperdibles, altamente recomendable.