Los indestructibles

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Silvester Stallone brindó con The Expendables (me niego a mencionarla con el título que le pusieron en nuestro país) la mejor película clase B de los últimos 20 años que evoca un estilo de cine que ya no existe más.
Así como Grindhouse de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez le rindió homenaje al viejo cine de terror de los años ´70, Stallone hizo lo mismo con el cine de acción de la década del ´80 que se caracterizó por el exceso de testosterona en los personajes y la opulencia visual, con grandes explosiones.
Desde su concepción este film es mucho más retro que Rambo 4 y tiene el espíritu de recordadas obras ochentosas como las que protagonizaron Franco Nero y Chuck Norris, entre otros, en su momento.
Hay una larga lista de filmes populares que en el pasado enloquecieron a los fanáticos del género y que hoy son clásicos queridos del cine, le guste o no a la crítica paleolítica.
Después de la mariconada que hizo Tarantino con Bastardos sin gloria, que parecía una creación de Cris Morena, más que un comando de renegados, acá tenemos una historia de mercenarios en serio que reunió a un elenco histórico dentro de este género donde los grandes veteranos interactúan con las nuevas figuras como Jason Statham que sigue los pasos de Sly.
Tengo que ser honesto y admitir que si bien la pasé bárbaro con la película me gustó mucho más el trabajo de dirección que brindó Stallone en la última entrega de Rambo que en Expendables.
Las secuencias de acción me parecieron mucho mejor filmadas, más allá de la brutalidad de algunas escenas que era bastante fuertes. Inclusive los efectos digitales estuvieron más pulidos en Rambo y no se veían tan artificiales.
Yo no sé si antes de filmar su nuevo trabajo Sly se dio una pansada de películas de Sergio Leone, pero acá abusó de los primero planos.
Si bien ese es un recurso que funciona muy bien en escenas impresionantes como la que brinda Mickey Rourke durante una conversación bastante emocional que tiene con Stallone, en las secuencias de acción, como la pelea entre Jet Li y Dolph Lundgren, creo que arruinó por momentos el laburo de los actores y las coreografías que creó Corey Yuen, un grosso de las artes marciales que hizo un muy buen laburo.
Esto también se da en la espectacular pelea que tiene él con Steve Austin (un figura de la lucha libre) donde no permite que fluya la coreografía con los constantes cortes de edición que tiene la escena.
En Rambo 4 me parece que estas cuestiones estuvieron mucho mejor manejadas.
Es lo único que se le puede objetar (junto con los actores horribles que hacen de latinos y hablan con acentos extraños) porque la verdad que brindó un peliculón donde es imposible pasarla mal si sos fan del género.
Su desempeñó físico a los 64 años es verdaderamente impresionante y demostró una vez más por qué es el más grande del cine de acción en Hollywood.
Otro punto a favor de su labor es la manera en que ensambló al reparto, donde todos los actores tienen su momento para destacarse dentro de la historia.
A nivel actoral, Mickey Rourke, sin intervenir en secuencias de acción, se los comíó crudo a todos y se destaca claramente con una escena dramática fabulosa.
La escena de antología donde aparecen Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis es genial y te deja con las ganas de que hubiera sido un poquito más larga porque es emocionante verlos a los tres juntos en una misma película.
The Expendables es menos oscura y sangrienta que la última entrega de Rambo y acá el director se permitió trabajar un poco más con el humor en la línea de Tango y Cash, donde los personajes se la pasan desafiando entre sí constantemente, para ver quién la tiene más grande.
No puedo dejar de destacar la excelente banda de sonido a puro Rock and Roll donde suenan Creedence, Thin Lizzy, Georgia Satelites y para mi gran sorpresa Mountain, emblematico grupo de los ´70, liderado por Leslie West.
El guión no lo escribió precisamente Christopher Nolan, pero la película sin ser perfecta brindó uno de los momentos más divertidos que viví este año dentro de un cine.
Una vez más, gracias Sly!