Los indestructibles

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

NO ESTÁ MUERTO QUIEN PELEA

LOS INDESTRUCTIBLES (THE EXPENDABLES, 2010), el nuevo film de Sylvester Stallone después de ROCKY BALBOA (2006) y RAMBO: REGRESO AL INFIERNO (2008), no solo es la historia de un grupo de mercenarios que se reúne para derrocar a un dictador latinoamericano, detener a un corrupto ex-agente convertido en traficante de drogas y salvar a una mujer prisionera. Cargada de adrenalina, músculos, cuchillazos, explosiones y una bad ass banda sonora, la película es un canto al cine de acción y un instantáneo clásico dentro del género que logra lo que muchos otros films no pudieron: Recordar, homenajear y revivir los años 80 de la mejor manera. Ayudado por los efectos especiales de esta nueva generación, THE EXPENDABLES llega a los cines haciendo temblar las butacas. Los espectadores gritan de emoción y festejan ante esta entretenida e imparable montaña rusa de virilidad y violencia que, sin duda alguna, es la mejor película de acción del año.

Para atraer al público joven, a lo largo de estos meses, BRIGADA A: LOS MAGNÍFICOS (2010), KARATE KID (2010), PESADILLA EN LA CALLE ELM (2010) y otros films basados en exponentes de la década de los 80, se caracterizaron por esquivar su procedencia y adaptar sus historias, personajes y estilo al modelo propuesto del 2000 en adelante. Pero no LOS INDESTRUCTIBLES. Esta película se anima a todo y no solo respeta plano por plano las films de acción ochentosos, sino que grita orgullosamente ser uno de ellos. Y sin tener nada que envidiarle a sus pares, THE EXPENDABLES presenta un espectáculo imperdible que los amantes del género querrán disfrutar una y otra vez. Todo lo que hizo grandes a films como FIRST BLOOD (1982), COMANDO (1985), DIE HARD (1988) y tantas otras películas que desfilaron por los “Sábados de Súper Acción”, está aquí. Tipos rudos hay muchos, y todos disparan primero y preguntan después. Y entre explosiones, combates y persecuciones muy bien diseñadas, LOS INDESTRUCTIBLES también se da el lujo de proveer lecciones de vida camufladas en un guión escrito y filmado como antes. Sí, predecible, lleno de clichés y con villanos poco carismáticos, pero también con diálogos irónicos, frases memorables, un ritmo que nunca decae y escenas tanto vertiginosas como divertidas.

Aunque al principio la intención de Stallone era reunir a la mayor cantidad de “Leyendas de la Acción” posibles, por varias razones tuvo que prescindir de nombres como Jean Claude Van-Damme, Steven Seagal, Kurt Russell, Wesley Snipes y Danny Trejo. Así fue como, lamentablemente, remplazó nombres tan importantes como estos por otros actores de menor calibre como Randy Couture, Steve Austin, Terry Crews, Eric Roberts y David Zayas. Pero aún así todos lograron ponerse a la altura de las circunstancias y cada uno tiene su momento de gloria - El de Crewes reventando malosos con su armota es uno de los mejores -, y al ver el film uno se da cuenta de que tal vez fue la decisión correcta ya que, aunque no aportan mucho a la trama, ninguno de ellos logra opacar al trío protagonista. O mejor dicho, dúo protagonista ya que la falta de participación de Jet Li obliga al espectador a centrar su atención en la inesperada gran dupla de Stallone y Jason Statham, que convence y que tiene muchísimo más para dar en las esperadas e inevitables secuelas. Ambos tienen una gran química y protagonizan algunas de las mejores escenas de THE EXPENDABLES, como el escape en el avión o el enfrentamiento final con James Munroe (Roberts). Otras escenas en las que el film derrocha espectacularidad son la genial pelea entre Li y el gran Dolph Lundgren, el bestial combate entre Stallone y Steve Austin, la escena en que Statham se agarra a las piñas en la cancha de basket o el explosivo tiroteo final.

Puede que no logre ponerse a la altura de los clásicos más representativos de los ochenta, pero no hay duda que THE EXPENDABLES es una lección sobre cómo hacer películas de acción y un film que desborda todo lo que el género perdió con la llegada de la saga de Jason Bourne o el reinicio de la franquicia de James Bond CASINO ROYALE (2006). Conscientemente, Stallone se aleja lo más que puede de ese realismo característico del nuevo milenio para refugiarse en una historia entretenida, pero al mismo tiempo, oscura y profunda, que se evidencia del todo en un magnifico diálogo que mantienen los personajes de Stallone y Mickey “Aun con el look de IRON MAN 2, no sé porqué” Rourke. Demostrando ser merecedor de su Oscar por EL LUCHADOR (2008), este último logra una sobresaliente interpretación que resulta ser un respiro entre las flojas actuaciones de la mayor parte del elenco. Stallone es un Rambo más alegre, Statham hace el mismo papel de siempre, mientras que Jet Li apenas puede hablar. Pero ojo, no hace falta decir mucho para ser uno de LOS INDESTRUCTIBLES. Lo único que se necesita es una ametralladora, un cuchillo y tener los huevos bien puestos, lo suficiente como para decidir no usar dobles de acción (True story!) o, como le paso a Stallone, sufrir 14 heridas incluyendo la quebradura de un diente, la ruptura de su tobillo y la fractura de su cuello que requirió la inserción quirúrgica de una placa de metal (Auch!).

Así como ENCUENTRO EXPLOSIVO (2010) representó un regreso al modelo narrativo de los 90, el nuevo film de Stallone nos traslada otros diez años más atrás: a los ochenta, a esa época en que no importaba que la acción tuviera o no sentido, cuando los films se hacían con un corazón tan grande como sus músculos y en que solo hacía falta un diálogo para darle sentido a todo lo que pasaría en los tres cuartos restantes de una película. Y no es coincidencia que ese dialogo que hace que la narración de THE EXPENDABLES se dispare se lleve a cabo en la escena más esperada que, con tan solo un par de minutos de duración, vale la pena el precio de la entrada y ya se convirtió en uno de los momentos más antológicos del cine: En una iglesia, Mr. Church le propone una peligrosa misión a los veteranos Barney Ross y Trench Mauser. Este último no acepta, dice sarcásticamente “Dale el trabajo a mi amigo. Le encanta jugar en la selva”, y así como si nada, sale de la iglesia y lo perdemos de vista. “¿Cuál es su maldito problema?” pregunta Mr. Church. A esto, Barney responde: “Quiere ser presidente”. Aquí es donde Silvester Stallone, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger aparecen por primera vez juntos en pantalla, provocando la risa y la nostalgia en una irónica escena cargada de referencias cinéfilas y chistes internos, que al igual que el resto de la película, rebosa de autoconciencia fílmica y demuestra nuevamente que los héroes de acción eran los de antes, que estos todavía se la bancan y que aún están vivos… y más vivos que nunca.

LOS INDESTRUCTIBLES son esos héroes de acción a los que constantemente nos referimos como “los de antes”. Verdaderos machos que demuestran ser lo que se ve en pantalla y que, a pesar de la edad o los golpes, siempre volverán con la frente marchita, pero en alto. Y todo para hacernos recordar la grandeza y el verdadero sentido y significado del cine de acción. No se trata de buenas actuaciones o historias inteligentes. Es aferrarse a la butaca con todas tus fuerzas, dejar que te quiten el aliento una y otra vez, y salir sonriendo al terminar la función. Los films de acción ya no logran eso hoy en día, y nosotros nos preguntamos, así como le preguntó Homero Simpson a Mel Gibson una vez, “¿Cuándo fue que dejamos de admirar al hombre con un lanzallamas?”… Por lo menos sabemos que hoy podemos volver a admirarlo.