Los Increíbles II

Crítica de Federico Ignacio Bazán - Cuatro Bastardos

Los Increíbles 2: Han pasado 14 años…
Brad Bird lo hizo de nuevo. Nos entretiene colocando problemas familiares de jóvenes y adultos, como a la vez divertirnos con estupendas escenas de acción.
Han pasado 14 años de la primera película. En ese entonces no sabíamos que esperar. Era un film de superhéroes animados, pero recordemos que tampoco había tantas películas con personajes con superpoderes como en la actualidad. Existía el Spiderman de Sam Raimi y el Batman Begins de Nolan recién comenzaba al año siguiente, en el 2005. Esa cuota de sorpresa y originalidad, mezclando la familia con superhéroes fue vital para que el film Los Increíbles del 2004 fuera muy exitoso. Ganando 2 premios Oscar incluyendo mejor edición de sonido, y mejor película animada.
Brad Bird fue el genio detrás de aquella maravilla que mezclaba gran animación con una buena historia. Ahora en Los Increíbles 2 él vuelve a estar a cargo, luego de su fallida Tomorrowland (2015), y en este caso la película no se queda atrás para nada. Es más, podría decirse que gracias al avance tecnológico desde aquel entonces, este film animado tiene secuencias de acción excitantes que siguen acompañando a la dulce historia familiar que nos tenía acostumbrados.
En Los Increíbles 2 todo comienza desde donde nos dejó la primera película allá por el 2004, desde que Violet recibía un acercamiento de un joven del colegio, y Dash corría en la competencia de atletismo. Pero ese final feliz era interrumpido por la aparición del villano “El Subterráneo”, entonces la familia se ponía sus máscaras preparándose para la batalla.
Este enfrentamiento es la primera secuencia de acción que obtenemos y se ve, justamente, increíble. Lo que genera este combate son muchos destrozos en la ciudad, y otros desaciertos que deshacen el programa en el que estaban envueltos en la anterior película con el personaje Rick Dicker a la cabeza. Entonces al estar los superhéroes prohibidos, aparece una segunda opción liderada por Winston Deavor y su hermana Evelyn, que quieren realizar un plan para que los superhéroes vuelvan a ser bien vistos por la población.
Los personajes siguen siendo complacientes a la vista, tanto para adultos como para los niños. Desde el papá y la mamá, Bob Parr (Mr. Increíble) y Helen Parr (Elastigirl) con Lucius Best (Frozone) como compañero, hasta los niños Violet Parr, Dashiell Parr (Dash) y Jack-Jack Parr. En esta secuela aumenta el protagonismo por parte de la madre, Helen, que debido al plan de los mencionados hermanos Deavor, ella debe enfrentarse a los villanos mientras deja a Bob a cargo de la casa, y de cuidar a los hijos.
Entonces las diferentes tramas a resolver consisten en Bob intentando controlar a la hiperactividad de Dash, los problemas adolescentes de Violet, y por si fuera poco a la aparición de los nuevos superpoderes de Jack Jack, quien nos entrega las escenas más hilarantes de la película. Todo esto mientras Helen lucha contra un nuevo villano Screenslaver o “Esclavo de la pantalla”.
Uno de los componentes para que sea una buena historia de superhéroes es que el villano esté a la altura. En este caso, la vuelta de tuerca que existe en Screenslaver es bastante predecible pero muy bien hecha, y con una historia detrás de éste villano intrigante y una visión con sentido común, con respecto a cómo las personas dependen de los superhéroes en vez de salvarse a sí mismos. Por lo cual entendemos el odio que les tiene a los protagonistas.
Las actuaciones vocales (En inglés) de Craig T. Nelson (Bob Parr), Holly Hunter (Helen Parr), Sarah Vowell (Violet), Huck Milner (Dash), Samuel L. Jackson como Frozone y la adhesión de Saul Goodman, mejor dicho, Bob Odenkirk como Winston Deavor, entre otros, son estupendas y encajan perfectamente en los personajes. Solo esperamos que en los cines argentinos tengamos la opción de elegir ver esta película subtitulada.
En fin, Brad Bird con su guion entretenido sabe usar a sus personajes sin caer en la copia de otras películas de superhéroes. Las secuencias de persecución dignas de grandes películas de acción, momentos de excitación para que la familia se reúna y derrote al villano, todo acompañado por una gran banda sonora gracias a Michael Giacchino, al igual las escenas de comedia, divierten tanto o más que la primera película. Sin dejar de lado el corazón familiar de la película.
¿Por qué no 10 en el puntaje? Porque tardaron 14 años, pero valió la pena la espera.