Los imprevistos del amor

Crítica de Alejandro Turdó - A Sala Llena

El amor en tiempos de friendzone.

Cuando de transposiciones se trata, nada parecería más complicado que llevar a la pantalla grande una novela escrita en forma de extractos de mensajes de texto, emails y otras formas de comunicación del siglo XXI, que intenta contar una historia romántica sobre el encuentro y desencuentro amorosos de dos amigos de la infancia a través de los años. Pero nada de eso pareció intimidar al alemán Chistian Ditter, quien se embarca en su primer largometraje en inglés con Los Imprevistos del Amor (Love, Rosie, 2014).

Se trata de una adaptación cinematográfica de la novela Donde Termina el Arcoiris (Where Rainbows End, 2004), de la irlandesa Cecelia Ahern, y cuenta la historia de Rosie y Alex, dos amigos de toda la vida que parecieran predestinados a ser algo más que amigos, por más que el destino esté empecinado en separarlos a puro embarazo inesperado, estudios universitarios transcontinentales, terceros en discordia, cartas sin destinatario y un sinfín de contratiempos que el guión de Juliette Towhidi acumula de forma un tanto caprichosa siempre que la historia necesita un golpe de timón para seguir avanzando.

Lilly Collins -hija de Phil Collins- interpreta a Rossie Dunn y soporta con gracia el peso del papel protagónico, haciendo gala de un aceptable histrionismo y aprovecha ese aire a una joven Audrey Hepburn para formar parte del saldo positivo de un film que seguramente hará las delicias de todas las quinciañeras sedientas de historias rosas, pero no tiene otro atractivo para ofrecer al resto de los grupos etarios. Prueba cabal de este tufillo teen se puede encontrar en una banda sonora conformada por temas de Beyoncé, Kate Nash, KT Tunstall, Lilly Allen y otros similares dentro del mismo espectro: una oda musical a la parcialidad femenina de esa generación conocida como “millennials”. Alex -el interés amoroso en cuestión- es interpretado por Sam Caflin, un británico que parece el híbrido perfecto entre Hugh Grant y Chistopher Reeve, y no mucho más para contarles. Alex sufre el típico caso de “friendzone”, definición acuñada en el ultimo tiempo por la gente joven para representar aquella situación donde alguien se hace tan amigo/ a de su amiga/ o del sexo opuesto, que cualquier posibilidad de pasar a ser algo más serio corre mucho peligro de nunca concretarse.

Y si se preguntan acaso si esta romcom -apócope cariñoso de "comedia romántica"- tendrá un final feliz o no, lo único que puedo decirles es que vean el poster con que el film se estrena en nuestro país. Uno de los más grandes spoilers que seguramente veremos en este apenas comenzado 2015.