Los ilegales

Crítica de Vicky Vázquez - Cine & Medios

Negocios riesgosos

Es normal que tras la prohibición legal de comercializar determinado producto se genere una gran oportunidad económica para quienes estén en condiciones de traficarlo. Algo así sucedió en Estados Unidos durante la década del ´30 con la declaración de la Ley Seca. Consumir alcohol fue declarado ilegal, y por lo tanto florecieron las producciones clandestinas.
Este es el negocio en el que se destacaron los hermanos Bondurant, no tanto con la idea de hacerse ricos, sino más bien como salida a la crisis que sufría el país, y la película está basada en su historia, retratada en la novela de Matt Bondurant, nieto de Jack, el personaje interpretado en la película por Shia LaBeouf.
Esta familia conformada sólo por tres hermanos varones responde a su propia ley como mecanismo de supervivencia, que ha demostrado no fallarles en el tiempo. Por eso, cuando el acuerdo que tienen con el sheriff del condado se ve perjudicado por la llegada del oficial de Justicia Charlie Rakes (un Guy Pearce algo caricaturesco), ellos deberán defenderse solos.
Los ilegales es una película de gángsters rurales, y aunque la acción transcurre en un condado cercano a la ciudad de Chicago, en un pueblo muy pequeño, abundan la violencia y la impunidad. La calma de un negocio que saben manejar desde esa semiclandestinidad quedará atrás cuando Rakes no logre negociar con ellos y a cambio busque vengarse de la rebeldía de estos hermanos.
Con un guión escrito por el notable músico Nick Cave -un poco extenso, pero que logra matizar la violencia con módicas dosis de humor-, este filme está protagonizado por antihéroes que terminan resultando simpáticos. La contracara son los villanos, paradójicamente los representantes de la ley, agrupados en torno al sádico Rakes, en una interpretación algo exagerada por tanta mueca y gomina que lleva en el cabello.
El resto de las actuaciones están muy bien logradas, en especial el personaje de Tom Hardy, que hasta habla con el acento y los gruñidos de los personajes montañeses, y Jessica Chastain, cuya belleza y estilo contrastan con el resto del lugar y los personajes.
El toque final es una muy buena banda de sonido (también a cargo de Nick Cave), que completa la excelente ambientación de época del filme.