Los ilegales

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

Leyendas de Pasión

La historia real de tres hermanos que en tiempos duros de la ley seca estadounidense se dedicaron a fabricar y vender whisky ilegal, pero a la vez soportando tensiones de los federales -polis generalmente más despiadados que esta gente- y a entenderse con pesados gángsters. El director australiano John Hillcoat teje su guión en imágenes bien logradas, de remarcada estructura cienmatográfica, con un elenco actoral de primera línea, los "fratellos" son Tom Hardy -antes fué "Bane", ese estupendo villano de la última "Batman"-, Jason Clarke y el ascendente Shia Laboeuf, más un relevante Guy Pearce como un feroz agente, que logra ser odiado superlativamente por cada espectador de este filme. Los roles femeninos son de dos bellezas mayúsculas, esos dos rostros amados por la cámara de Jessica Chastain y Mia Wasikowska (la "Alicia" de Tim Burton. También aparece como un pistolero de importancia: Gary Oldman, que borda su participación.
Un genuino, auténtico western rural, cuyos escenarios son bosques, caminos polvorientos, y alambiques misteriosos, donde se resalta la tempestiva pero fortalecida relación de hermandad, y también aunque en menor medida la búsqueda del amor, todo enmarcado en un relato de crueldad y sangre.