Los ilegales

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Sobre gangsters con mirada “de autor”

Tanto por tema como por su elenco, esta película tenía todo para ser más que interesante. Lo difícil es tomar este material y lograr algo tan pobre como «Los ilegales», una verdadera decepción.

El guión del músico Nick Cave -que ya había colaborado antes con el director- se basa en una historia verídica sobre un clan de tres hermanos traficantes de whisky casero durante la era de la Prohibición en la zona rural de Virginia, y lucha contra funcionarios corruptos que quieren una parte del negocio.

El asunto es familiar, y con distintas variaciones se ha visto en varias películas, lo que no implica que no se le pueda dar otra mirada desde otro punto de vista. Especialmente teniendo en cuenta que la novela en la que se basa el guión está escrita por el nieto de uno de los hermanos protagónicos.

Lamentablemente. en casi todo lo que tiene que ver con la trama gangsteril, la aproximación del director es casi siempre básica y muy poco original, al punto de que da la sensación de estar viendo algún viejo telefilm. Incluso, para un film escrito por Nick Cave sobre un tema necesariamente violento y sórdido, ya que los personajes no sólo son criminales sino también miembros de una comunidad campestre no precisamente civilizada ni tolerante, casi todas las escenas resultan muy poco jugadas. Pero si la audacia brilla por su ausencia en cuanto a la acción, en cambio todo lo que se refiere a las relaciones humanas entre personajes principales y secundarios -no especialmente interesantes ni mucho menos importantes para la historia- está enriquecido al máximo de sus posibilidades. Esto se traduce en diálogos imposibles, serios y pretenciosos entre criminales campesinos que probablemente no sostenían largas charlas sobre la problemática de la violencia en la sociedad moderna, sino casi seguro se comunicaban mediante monosílabos.

Lo que pasa es que es cine de autor, tal vez incluso de arte, con hallazgos como musicalizar a los gangsters con canciones de rock y cosas por el estilo. El elenco esta muy desaprovechado, y el único que parece divertirse es Gary Oldman, seguramente porque aparece muy poco y disparando una ametralladora en vez de aguantarse algunas de las deprimentes escenas de esta película de dos horas de duración que no terminan nunca.